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Saludo de bienvenida del Ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Holmes Trujillo, en la XI Reunión Ministerial del Grupo de Lima

Colombia se complace hoy albergando esta XI Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de Lima, una comunidad de democracias comprometidas con la defensa de la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho en las Américas, comprometidas con el derecho que tienen todos los ciudadanos del hemisferio a vivir en libertad y a elegir a sus gobernantes, y con la responsabilidad de actuar con solidaridad ante el sufrimiento y la necesidad que un régimen ilegítimo como el de Nicolás Maduro ha impuesto deliberadamente a millones de venezolanos.

Los acontecimientos recientes nos imponen un enorme desafío.

Hemos transitado, tanto individual como colectivamente, un largo camino en apoyo de los esfuerzos de los propios venezolanos para alcanzar el restablecimiento de su democracia y del orden constitucional en su país, sin los cuales —tal como ha quedado demostrado— no les será posible recuperar el ejercicio de sus derechos y libertades fundamentales, ni paliar las severas privaciones que soportan, ni mucho menos, emprender la tarea de reconstruir su economía y volver a disfrutar de oportunidades reales de crecimiento económico y progreso social.

En el Grupo de Lima hemos construido, de conformidad con la legalidad internacional y hemisférica, un cerco político y diplomático que, unido a la tenacidad de las fuerzas políticas democráticas y de un gran número de venezolanos, ha abierto una ventana de oportunidad para que termine la dictadura.  Es nuestra responsabilidad no sólo mantener abierta esa ventana, sino ensancharla, para que a través de ella los venezolanos, con el protagonismo que sólo a ellos pertenece, retomen la conducción de su destino nacional, que les ha sido usurpado por la dictadura.

Una dictadura que ha impuesto sobre ellos la tiranía del miedo y la represión, mediante el uso sistemático de la violencia y el amedrentamiento.  Una dictadura que ha impuesto sobre ellos la tiranía de la necesidad y el empobrecimiento, mediante la apropiación corrupta de su riqueza nacional y la imposición de restricciones selectivas al acceso a bienes y servicios básicos.  Una dictadura que ha impuesto sobre ellos la práctica de una gobernanza fallida, una de cuyas consecuencias más nefastas ha sido un éxodo masivo sin precedentes, por su velocidad y volumen, en la historia de la región.

Millones de venezolanos han abandonado su patria, y han sido recibidos, con solidaridad, en nuestros países, a pesar de nuestras limitadas capacidades y recursos para hacerlo.  Ningún venezolano debería haberse visto forzado a hacerlo.  Ningún otro venezolano debería seguir considerando esa alternativa, ante la ausencia de cualquier esperanza de volver a vivir en libertad y con oportunidades para realizar en su patria su proyecto de vida.  Y todos aquellos que han partido se merecen el derecho de aspirar al retorno, para reconstruir su país y recuperar las ilusiones de las que han sido expropiados por la dictadura.

Con el apoyo del Grupo de Lima, algunos países hicimos un esfuerzo importante para facilitar la operación de un canal humanitario, para brindar asistencia internacional básica y aliviar, aunque fuera parcialmente, la grave situación humanitaria que afecta a tantos venezolanos.  La respuesta del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro es por todos conocida.  Las fuerzas del régimen, incluyendo grupos irregulares, impidieron el acceso de la asistencia ofrecida, y arremetieron con indiscriminada violencia en un episodio verdaderamente execrable.

En el Grupo de Lima hemos reafirmado, una y otra vez, nuestro compromiso con la transición democrática y el restablecimiento del orden constitucional en Venezuela.  Hemos unido nuestro reclamo al reclamo de los venezolanos para la pronta realización de nuevas elecciones justas, transparentes, competitivas y creíbles, verdaderamente democráticas.  Y estamos dispuestos a apoyar el plan que adopten para la reconstrucción económica de su país.

Hoy tenemos ante nosotros la responsabilidad de redoblar nuestro apoyo, intensificar nuestro respaldo.  Nunca antes habían logrado los venezolanos avanzar tanto hacia la recuperación de su democracia.

Tenemos que seguir denunciando, junto a ellos, los abusos y los crímenes de la dictadura.  Tenemos que seguir concitando el apoyo, cada vez más decidido y efectivo, de la comunidad internacional.  Debemos poner cuanto esté en nuestras manos para cerrarle el futuro a la dictadura de Nicolás Maduro y a la cleptocracia en que se ha convertido su régimen.

Tenemos que hacerlo no sólo por los venezolanos, sino por la paz, la seguridad y la estabilidad de la región.  Y, porque como lo ha advertido el Presidente de Colombia, Iván Duque, lo que está destruyendo a Venezuela nos destruye a todos.

En el Grupo de Lima no hemos sido indiferentes frente a la situación de Venezuela.  No hemos sido cómplices.  Por eso resulta tan relevante la declaración que adoptaremos en esta reunión, para reafirmar nuestra voluntad incansable de seguir apoyando el proceso que permita que los venezolanos puedan volver a vivir en democracia y libertad.  Por eso resulta tan importante invitar a más y más miembros de la comunidad internacional, como los que nos acompañarán más adelante en un diálogo ampliado, a que se sumen a las acciones que hemos emprendido como Grupo de Lima, y respalden el esfuerzo de los venezolanos para recuperar su democracia y su esperanza.

Muchas gracias.