Palabras de la Vicepresidente y Ministra de Relaciones Exteriores, Marta Lucía Ramírez al cuerpo diplomático acreditado en Colombia

Bogotá, D.C., 3 de junio de 2021.

Primero quiero agradecerles enormemente por esta asistencia con un aviso tan corto que les dimos, pero no quería terminar esta primera semana en esta doble condición de Vicepresidente y Canciller sin tener esta oportunidad de saludarlos a  todos, muchas gracias por aceptar nuestra invitación en el día de hoy.

Quiero saludar en primer lugar a su Excelencia, Monseñor Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico de su Santidad, decano del cuerpo diplomático acreditado en Colombia. Saludo a todos sus Excelencias, los señores embajadores, los honorables jefes de misión de las organizaciones internacionales, a todos los distinguidos miembros del cuerpo diplomático acreditado en Colombia.

También saludo a todo nuestro cuerpo diplomático en el exterior, a nuestros embajadores, a todos y cada uno, nuestro saludo de gratitud y de apoyo a esta tarea importante que están haciendo por Colombia en el exterior.

Saludo a nuestro viceministro de Relaciones Exteriores, el doctor Francisco Echeverri; a nuestra viceministra de Asuntos Unilaterales, la doctora Adriana Mejía; saludo a los demás compañeros del Gobierno nacional que nos acompañan, y particularmente, quiero saludar con un abrazo muy estrecho a los funcionarios de la Vicepresidencia que han venido a acompañarme hoy y que realmente durante estos tres años han acompañado una tarea difícil, estimulante que ahora vamos a hacerla todavía más estimulante y también más difícil en esta nueva responsabilidad. Mil gracias al equipo de la Vicepresidencia, con el cual, inclusive muchos de ustedes han venido trabajando durante estos tres años, que han trabajado conmigo, a través de mi equipo de la Vicepresidencia y por eso, agradezco enormemente esa cercanía que hemos construido con varios de ustedes.

He tenido ocasión de encontrarme con muchos de ustedes en el pasado, en mi condición de Vicepresidente de la República, y ahora es muy grato hacerlo, en esta doble condición de Ministra de Relaciones Exteriores.

Esta designación como Canciller ha tenido como telón de fondo un momento particular de nuestra historia reciente de Colombia, que refleja el conjunto de desafíos que enfrentamos como Nación, no sólo para el futuro inmediato sino para los próximos años.

Algo que compartimos con el Presidente Iván Duque, es el propósito de servir a Colombia, no solamente de cara a la coyuntura, sino siempre construyendo las bases para una democracia más fuerte, para un país más próspero, sobre todo para un país mucho más incluyente que nos garantice ese progreso constante para muchos años por venir.

Estos desafíos no son ajenos a los que vive el resto del mundo, pues más allá de sus características específicamente nacionales, las cuales nuestro Gobierno es el primero en reconocer y estar comprometido a atender. Muchos de los desafíos ustedes lo saben bien, se han visto exacerbados por el impacto económico y social de la pandemia de la COVID-19.  Más allá del impacto sanitario, esta pandemia ha repercutido en múltiples ámbitos de la vida personal y comunitaria, y, en la sociedad como un todo. Son muchos los desafíos que enfrenta hoy la sociedad.

En el caso de países como Colombia, inclusive ha puesto en riesgo y ha generado retrocesos en avances innegables que habíamos logrado con el esfuerzo de muchos años, como es el caso justamente de la pobreza. Nuestro país ha venido trabajando con gran determinación, durante el último cuarto de siglo, precisamente en lograr generar riqueza, generar empleos que mejoren las condiciones de vida digna de los ciudadanos porque pensamos que es la manera más sostenible, perdurable de lograr bajar los indicadores de pobreza y de pobreza extrema.

Esos logros que habíamos sostenido, hemos retrocedido indiscutiblemente durante el COVID-19, pero no estamos dispuestos a perderlos. Estamos trabajando con toda nuestra capacidad para defender esos logros y mejorar nuevamente nuestras condiciones de vida de los colombianos y aprovechar esta oportunidad para hacer cambios muchos más audaces, mucho más ambiciosos que nos garanticen esa mayor inclusión de cada colombiano.  Cerrar las brechas de pobreza, cerrar las brechas entre nuestras regiones.
 
Estamos comprometidos que poniendo toda nuestra inteligencia, nuestra capacidad de trabajo, nuestro esfuerzo común como nación, por muy ardua que sea la tarea, por difíciles que sean —como lo son— las circunstancias saldremos adelante.  Colombia lo ha hecho muchas veces en el pasado, y lo volveremos a hacer, porque somos una nación que, ante los grandes desafíos de su historia, sabe cómo ir siempre más allá de sí misma.

A este propósito contribuirá también, y con toda la prioridad necesaria, la política exterior y la acción diplomática y consular de Colombia, cuyo epicentro es este Palacio de San Carlos.

Quiero aprovechar esta oportunidad para hacer memoria de tantas personas valiosas que han pasado por este mismo lugar. Primero para honrar la memoria de nuestro gran canciller Carlos Holmes, para honrar la labor que hicieron todos y cada uno de los que cancilleres que me antecedieron, son personas muy valiosas para nuestra democracia y quiero contarles con casi todos ellos he hablado recientemente, porque de todos ellos, sin excepción quiero su concejo, su visión, su experiencia, porque si algo tenemos claro es que la política exterior no se limita a un gobierno, es una política de Estado.

Porque la construcción de nuestra relación mira en cada una de las naciones que ustedes representan, es una construcción que estamos viendo nosotros siempre, la perspectiva histórica de los años recorridos, 200 años de relaciones diplomáticas con Estados Unidos, más de 100 años con varios países, pero sobre todo es la perspectiva de los próximos 100 y 200 años, que tenemos que lograr nosotros esta política de Estado.

Estimados amigos:

En las actuales circunstancias, y quizá con mayor razón, sigue siendo válido, y quiero reiterarlo ante ustedes, este principio inspirador formulado por el Presidente Iván Duque en nuestro Plan Nacional de Desarrollo, esa hoja de ruta en la que hemos transitado durante estos 3 años, en la cual se han derivado beneficios concretos en beneficio de todos los colombianos, y seguiremos trabajando en ellos hasta el último día de esta Administración. Ni la pandemia del COVID-19, ni la circunstancia dolorosa que hemos vivido en las últimas semanas, nos van a dejar perder la agenda de este Gobierno.

Este es un Plan Nacional de Desarrollo que ustedes conocen, basado en el imperio de la Ley, basado en el fortalecimiento institucional y democrático, basado en el compromiso de tener una economía social de mercado que genere riqueza, pero una riqueza que se distribuya, que llegue a las bases de la sociedad, una riqueza que genere empleos dignos para mejora la calidad de vida. Es un Plan Nacional de Desarrollo que tiene ese tercer pilar, el más importante – sin duda- en la inclusión, empezando por las mujeres, que ha sido un tema que he trabajado con varios de ustedes durante estos tres años.

Por esta razón, no podemos dejar de lado, ese Plan Nacional de Desarrollo, lo mantendremos hasta el último día, pero por supuesto estas circunstancias nuevas, nos obliga a buscar acciones urgentes sobre los temas y riesgos que hoy tenemos que conjurar.

Desde esta Cancillería, seguiremos, como ha sido siempre la posición de Colombia, defendiendo y fortalecimiento del multilateralismo y la gobernanza global, que hoy más que nunca requiere cooperación, requiere diálogo sincero a partir de las diferencias, pero requiere también construir una gobernanza en todas aquellas áreas en donde más que nunca nos necesitamos los unos a los otros, tenemos que sintonizar esfuerzos entre distintos actores a nivel global.

Este escenario pos-pandemia constituye, un primer frente acción que abordaremos, no sólo por lo que supone para Colombia y para los colombianos, sino porque estamos convencidos de que los riesgos globales y sus secuelas, tanto como su prevención y gestión, requieren respuestas globales.

La pandemia nos enseña la importancia de abordar los temas globales de forma articulada y con solidaridad.  Por ello es fundamental trabajar de la mano en los desafíos post-pandémicos mejorar las herramientas internacionales, fortalecer las instituciones multilaterales que deben brindar esa mejor cooperación a los distintos países y cerrar esas asimetrías que generan muchas fracturas al interior de las naciones y fuera de ellas.

Colombia promoverá, en todos los escenarios disponibles, aprovechando la arquitectura institucional existente, especialmente en el terreno sanitario y económico internacional, la creación de las mejores condiciones disponibles para sortear la coyuntura de la post-pandemia.  Entre otros, nuestra acción diplomática buscará acelerar el acceso a las vacunas contra el COVID-19, es muy importante y en eso quiero insistir frente a ustedes como lo hice la semana pasada en la administración del Presidente Joe Biden, Colombia en este momento necesita y ustedes lo saben bien, acelerar el proceso de vacunación. Ustedes saben que el Ministerio de Salud, con la dirección del Ministro y el Presidente de la República, negoció las vacunas necesarias para vacunar a 35 millones de colombianos, que constituyen el 70% de la población colombiana.

Pero también tenemos que vacunar a todos los venezolanos, nosotros no podemos hacer ninguna excepción, les estamos hablando de un compromiso humanitario que empieza con garantizarle a cada venezolano que está en Colombia, los mismos derechos, los mismos accesos, que tienen los colombianos. Para ello, es importante contar con más vacunas. Inclusive como le plantee a la administración de Estados Unidos, muchos de sus países, los más desarrollados compraron cinco y seis veces la cantidad de vacunas en función de su población. Un país así sin duda puede cooperar a Colombia para acelerar el proceso de vacunación con el compromiso que ha hecho nuestro Gobierno de que cualquier cantidad adicional para lograr la inmunidad de rebaño, la devolveremos obviamente en la medida en que las casas farmacéuticas vayan haciendo las entregas a Colombia.

En esta acción diplomática tenemos que tener todos una mejor capacidad de respuesta y mejorar los procedimientos de alerta internacional, la ampliación de los instrumentos de financiación para la recuperación económica y la expansión de oportunidades comerciales sea real, que la apertura de los mercados no se limite a unos acuerdos de comercio firmados, pero llenos de barreras sanitarias, de dificultades en aduanas, de restricciones que impiden a los países en desarrollo, a los países más pobres acceder al mercado de los países más ricos.

Necesitamos entender que un país como Colombia, sin duda, puede convertirse en el proveedor más calificado en alimentos procesados de excelente calidad para buena parte de las economías de los países desarrollados.  Que tenemos la capacidad y las condiciones para aumentar la escala de producción en la agricultura, la agroindustria y los alimentos procesados.  Pero necesitamos que nuestra diplomacia sanitaria no implique esta tortura de esperar años esperando la autorización de los productos. Nosotros sabemos mejor que nadie que el mundo entero necesita hoy tener alimentos de excelente calidad y Colombia está en esa capacidad de suministrarlos.

Tenemos un interés fundamental para que Colombia y los colombianos, sobre todo los campesinos mejoren su nivel de vida. Esta es la mejor manera de lograr una paz con legalidad y una paz sostenible en nuestro país, a partir del desarrollo del campo. Y son muchos los intereses en donde hay una convergencia con nuestros amigos, con nuestros socios, con nuestros aliados de la comunidad internacional.  Queremos convocar, sobre todo, a nuestros amigos para actuar colectivamente con todo el peso que nos corresponde como región en la escena internacional.

También tenemos que mirar hacia adelante, son muchas las investigaciones y análisis científicos que muestran que la humanidad va a seguir enfrentada a estos desafíos sanitarios por muchos años, nuevas cepas, nuevos virus, nuevos riesgos, nuevas enfermedades, no sabemos cuántas cosas más, pero sí sabemos que tenemos que cooperar muchos más integralmente. Nuestras comunidades científicas, la capacidad instalada de los laboratorios, sabemos que Colombia podría producir vacunas en este momento, tenemos laboratorios certificados, con los requisitos más estrictos, desde el nivel de los estándares europeos, tenemos que lograr que los gobiernos aumentemos esa cooperación entre empresarios, científicos, investigadores para que todos podamos producir más y mejor para el beneficio de la humanidad.

Este no es el momento de atesorar, este es el momento de generar riqueza que mejoren las condiciones de vida para todos.

Todos estos desafíos tan complejos que vivimos, con toda su complejidad y angustia, abran una ventana para darle una renovada  perspectiva a la integración regional, a la coordinación, la cooperación y una mayor concertación latinoamericana e interamericana que nos permita tener una presencia internacional mucho más importante.

Queridos embajadores y representantes de organismos internacionales:
Permítanme referirme al país que comparte con Colombia su pasado, su presente y su futuro. En nuestra relación con Venezuela, nuestro hermano, hemos demostrado nuestro compromiso con la legalidad internacional con sus ciudadanos y preferencia, con esta acción multilateral en beneficio de tantos migrantes venezolanos. Quisiéramos acogerlos a todos, pero no podemos. Ustedes saben que la cantidad de venezolanos que hemos acogido desborda nuestras propias capacidades, pero si algo tenemos para mostrar con orgullo es ese compromiso humanitario. Lo que ha hecho el Presidente Iván Duque con todos los distintos organismos del gobierno, pero sobre todo, con los distintos actores de la economía colombiana no tiene precedentes. Sabemos que para cualquier país, hoy por hoy, los desafíos de la migración son muy grandes. Lo son para Europa, para Estados Unidos, porque hay una verdadera crisis humanitaria en el mundo entero.

Creemos firmemente, que con esta cooperación internacional y con una sólida acción multilateral, es muy posible que hagamos una contribución entre todos que contribuya efectivamente al regreso de la democracia en Venezuela, para que haya Estado de Derecho en Venezuela, para que no se sigan deteriorando las condiciones democráticas de algunos países de América Latina.

Una América Latina debilitada en su condición democrática no le hace bien a nadie y sí perjudica a todos los habitantes de este hemisferio. Seguramente, beneficia a unos pocos, pero la obligación nuestra y de la gran mayoría de la comunidad internacional, es trabajar por el fortalecimiento democrático y el Estado de Derecho en nuestra región.

Entendiendo sí, que tenemos diferencias, de percepción y convicciones pero tenemos que integrar cada vez más a América Latina bajo el principio de la democracia, el Estado de Derecho y el gran compromiso con los derechos humanos. Y creemos también que el exitoso desenlace de ese proceso permitirá la superación de la crisis multidimensional que Venezuela ha vivido con especial gravedad durante los últimos años, y cuya inocultable expresión es el flujo masivo de migrantes procedentes de Venezuela, que han llegado en gran proporción a Colombia, pero que hoy, están buscando más allá de nuestras fronteras, están mirando hacia norte América, están buscando afanosamente como se eliminan las restricciones para llegar a otras partes del continente.

Con esa convicción, trabajaremos para mejorar la situación de Venezuela, con una constante interlocución, franca, firma con la comunidad internacional, aprovechando el esfuerzo y los resultados de la acción multilateral desplegada por muchos años y entendiendo que no tenemos un tiempo indefinido, entendiendo que el tiempo que pasa sin que haya una acción concreta y efectiva, es un tiempo que sirve a la consolidación de una dictadura que todos los días desconoce los derechos fundamentales del ser humano.

Seguiremos acogiendo a los migrantes procedentes de Venezuela con la generosidad con la que hemos hecho, hemos participado y seguiremos participando de los esfuerzos para armonizar la respuesta a este desafío. Los ingentes recursos que hemos dedicado a este propósito se han visto, sin duda, complementados con el apoyo de muchos de los países de la comunidad internacional y por eso es tan importante esta mesa de donantes que tendremos la próxima semana, ese trabajo que se ha venido haciendo con el gobierno de Canadá, con muchos de ustedes y yo quiero apelar a su generosidad, su solidaridad y responsabilidad para asegurar que el apoyo a estos migrantes venezolanos de verdad guarde proporción con las necesidades que tienen, porque las condiciones de vida de todos ellos, de verdad están muy por debajo de lo que significaría la vida digna de cualquier ser humano.

Queridos amigos, quiero invitarlos a acompañar la iniciativa colectiva en la que ha participado Colombia para la realización, este año, de una sesión especial de la asamblea general de Naciones Unidas, con el fin de revisar el estado de la lucha contra la corrupción en todo el mundo.  Recibimos con gran satisfacción la declaración del G7 del día de ayer e insistimos en que la corrupción, más allá de sus implicaciones criminales, afecta la gobernabilidad, atenta contra la democracia, atenta contra las condiciones de vida digna de los ciudadanos de todo el mundo, erosiona la ética social y limita definitivamente las posibilidades de desarrollo. Necesitamos mejorar más y más nuestros esfuerzos nacionales, y respaldarlos con una mejor articulación y cooperación transnacional.

Aquí me acompaña la doctora Beatriz Londoño, Secretaria de Transparencia y Lucha Contra la Corrupción y ustedes saben que los esfuerzos que hemos hecho sobre todo están orientados a prevenir a hacer más transparente todo lo relacionado con la contratación, tener hoy por hoy un oficial de cumplimiento, un oficial de compliance en cada una de las entidades de la rama ejecutiva es algo que no tienen precedentes. Hemos adoptado los estándares más altos que aplican las multinacionales para tener oficiales de compliance y hoy los tenemos en todas las entidades del Gobierno nacional.

Necesitamos esta acción concertada para lograr que la corrupción no encuentre amparo en ningún lugar del mundo y hoy los desafíos son mayores, la facilidad en el flujo de recursos, inclusive el desarrollo de tantas posibilidades financiaras a través de la tecnología, todo esto obliga a una acción concertada y más eficaz de parte de los estados.

También quiero invitarlos como país mega diverso, que tiene la mayor biodiversidad del mundo por kilómetro cuadrado y unos de los recursos hídricos más importantes del mundo, a darle prioridad a las decisiones ambientales y de cambio climático, así como a cooperar de manera reforzada en los temas de transición energética, temas en los cuales el Presidente de la República ha tenido un gran énfasis, un liderazgo y nos sentimos muy satisfechos de ver como en tan poco tiempo hemos logrado resultados tan importantes en esta transición hacia las energía renovables no convencionales y también todo el trabajo que se está haciendo para el hidrógeno verde en lo cual tenemos un compromiso absolutamente prioritario.

La urgencia de atender el escenario post pandémico no puede hacernos perder de vista ese otro gran riesgo global, que conecta a todos los países del mundo, que conecta a todos los habitantes del planeta:  el hambre, la pérdida de biodiversidad, el agravamiento de los desastres naturales, crisis hídricas, el deterioro de la infraestructura crítica, el surgimiento o intensificación de tensiones geopolíticas, todo esto genera más migración y también condiciones más adversas para esa dignidad del ser humano.

Al señalar que una de nuestras prioridades de política exterior será la construcción de una mejor respuesta colectiva posible a los desafíos de la post pandemia, quisiera concluir expresando mis más sinceros agradecimientos a todos y cada uno de ustedes, por el trabajo que han hecho permanentemente para estrechar las relaciones entre sus gobiernos y el nuestro; entre sus instituciones y las nuestras. Decirles que la Cancillería colombiana está al servicio de todos, está la política exterior al servicio de los intereses estratégicos de nuestra nación, los intereses del desarrollo, el empleo, de la institucionalidad democrática, del cierre de las brechas sociales, pero también está al servicio de ustedes, facilitarles su trabajo en Colombia.

Queremos una Cancillería con unos altos estándares de desempeño, de eficacia, de transparencia siempre como lo ha sido una de las características de la gestión de todos mis antecesores, nos interesa, pero nos interesa mucho esa eficacia y quiero que ustedes sepan que acá tienen las puertas abiertas siempre para recibir cualquier comentario constructivo sobre cómo podemos mejorar el trabajo nuestro para que todos ustedes y nosotros podemos presentar un balance positivo de fortalecimiento de nuestra relación bilateral.

Yo quiero, antes de terminar, referirme a la visita de la CIDH referirme a la visita de la CIDH a Colombia, este es un tema muy importante porque tenemos un Estado que ha venido durante muchos años trabajando en fortalecer su institucionalidad, en mejorar sus capacidades para garantizarles seguridad a los colombianos, esa es la obligación de un Estado, del nuestro y el de todos ustedes y nos sentimos tranquilos porque tenemos una fuerza pública comprometida con el orden, comprometida con la seguridad de los colombianos y totalmente compenetrada con lo que significa el respeto a los derechos humanos.

Hemos vivido unas circunstancias totalmente atípicas a partir del 28 de abril, una protesta social válida, una insatisfacción ciudadana que entiendo, que comprendemos, que respaldamos, se ha convertido de un momento a otro en una pesadilla para Colombia en su mayoría ha tenido una expresión pacífica, espontánea, sincera, alegre de parte los jóvenes. Hemos tenido más de 11.400 eventos, protestas, manifestaciones, encuentros, pero de esos 11.400 hemos tenido que ver la intervención de nuestra policía antidisturbios en cerca de 1.300 eventos, esto quiere decir que menos del 10% de las protestas han requerido la intervención de la fuerza pública. Eso quiere decir, entonces, que no tenemos una fuerza pública dedicada a frenar el derecho a la protesta, tenemos una fuerza pública actuando como es su obligación para frenar la violencia que algunos pocos, menos de ese 10% han generado en algunas de las protestas.

Esos pocos que han salido armados, a disparar, que han salido con toda clase de instrumentos cortopunzantes, lo que ha logrado recoger la policía y las autoridades excede casi 37 mil armas de distinto calibre que se sacan a una protesta, no de manera pacífica, sino con la intención de generar caos, destrucción y muertes. Para nosotros es muy importante entender este contexto, porque sin duda la democracia colombiana, la sociedad civil colombiana, ha estado sometida a una amenaza sin precedentes derivadas de esas minorías de vándalos, de criminales que amparados en el derecho legítimo a protestar de una gran mayoría de jóvenes, han generado este caos, esta destrucción que ha significado ya la pérdida de tantas vidas, ha significado más de 2.400 personas con heridas de gravedad, eso no lo podemos de ninguna manera desconocer.

Pero por supuesto nunca jamás tendremos en este Gobierno, ni lo tendrá el Estado colombiano una actitud tolerante, ni una actitud indiferente si algún miembro individual de la fuerza pública llega a abusar de su autoridad. La Fuerza Pública colombiana está instituida para garantizar el orden, el cumplimiento de la ley, su función tiene que ser prevención, cuando hay algún asomo de violencia entonces tiene que ser disuasión, persuasión y cuando hay violencia tienen que ser reacción y contención y es en ese orden porque no podemos de ninguna manera dejar que el derecho a una protesta legítima se convierta en amenaza a la vida de una inmensa mayoría de ciudadanos.

La protesta está protegida por todos los instrumentos internacionales que ustedes y nosotros conocemos, pero todos esos instrumentos dicen claramente, el derecho a la protesta pacífica puede restringirse por parte de los estados cuando se trata de la defensa nacional, de la seguridad ciudadanía, del mantenimiento del orden público y de la defensa de los derechos ciudadanos del resto de personas que no están participando de la protesta.

Ese es el balance que el estado colombiano tiene que lograr, es ese el balance que buscamos permanentemente, proteger a quienes están protestando pero también a quienes no están protestando. Cuando hay necesidad de usar la fuerza, hacer uso de la fuerza que sea legítimo, que sea proporcional, que este dentro de la ley y que siempre este enfocado al respeto a los derechos humanos. Cualquier acto individual que desconozca esa obligación, son actos que tienen que investigarse y tienen que sancionarse por parte de la justicia.  

Ustedes saben que Colombia ha estado sometida a grandes desafíos y de cada uno ellos hemos salido adelante, porque tenemos una justicia independiente, porque hemos tenido una justicia eficaz y esa misma justicia es la que tiene que operar en esta circunstancia. Para identificar a todos los actores de este campus que deliberadamente han generado destrucción, muertes, heridas muy graves, pero también para identificar a cualquier miembro individual de la fuerza pública que haya podido cometer una violación de los derechos humanos o un abuso de autoridad. Esa es la línea del Presidente de la República a la fuerza pública, esa es la línea de nuestro Gobierno, porque creemos que una democracia necesita siempre instituciones legítimas porque eso es lo que nos da credibilidad. Como le dije al comienzo, nosotros no estamos trabajando para coyuntura, estamos trabajando para el largo plazo de una democracia.

Hemos oído en algunas de las noticias que salen, porque estamos atentos permanentemente a qué esta visita de la CIDH nos dé una verdad plena, objetiva, integral, que no haya descalificación de oficio a nadie, que se reconozca esa autonomía de nuestras instituciones. Por esa razón, tendremos el lunes 7, tal y como yo lo ofrecí estando en Washington, en esto no ha cambiado para nada la posición del Gobierno colombiano. Tendremos el lunes 7 una audiencia privada de la CIDH con cada una de las instituciones del estado que ha venido investigando los hechos ocurridos a partir del 28 de abril, el lunes se reunirán con la Fiscalía independiente, con la Procuraduría, con la Defensoría del pueblo.

Cuando estuve yo en Washington, teníamos en el cronograma una audiencia pública citada por la CIDH para el próximo 29 de junio. Fue por eso que yo les propuse a ellos, que tan pronto pasara su audiencia pública hiciéramos la visita de trabajo a Colombia, que hiciéramos esa secuencia, la audiencia privada, después la audiencia pública y después la visita de trabajo a Colombia. Pero, evidentemente las circunstancias son apremiantes, nuestro amigo siempre y entrañable del Gobierno de Chile pasó por una circunstancia muy parecida y aquí hay muchos elementos que son comunes a lo que le sucedió a Chile, a lo que le sucedió a Ecuador en el año 2019, y es de pronto una violencia inusitada, sin precedentes, organizada, sistemática, financiada y acompañada por una acción a través de las redes sociales.

Por eso es que nosotros entendemos claramente, aquí no está solamente de por medio la insatisfacción de los jóvenes, aquí hay algo adicional que explica en buna parte de dónde surge este 10% de violencia y de caos que ha sufrido nuestra sociedad. Todo eso es lo que queremos que la CIDH revise en Colombia con gran objetividad, queremos que escuche a todos, que escuche a las personas que dicen haber sido víctimas de una violación de derechos humanos por parte de cualquier autoridad, de un miembro de la policía, pero también que escuche a los familiares de los policías muertos, a las víctimas de toda esta cantidad de muertos y también de heridos graves, que escuche a las víctimas a quienes les han destrozado sin razón, pequeños o medianos negocios, un desabastecimiento que jamos puede estar legitimado por los instrumentos internacionales, un desabastecimiento que ha puesto en riesgo la vida de los colombianos, un desabastecimiento que ha impedido la llegada de alimentos, que ha impedido la llegada de insumos médicos a los hospitales. Ustedes saben muy bien que hace 15 días teníamos una situación de emergencia porque en este pico de la pandemia no teníamos oxigeno suficiente en los hospitales, porque lo tenían deliberadamente restringido en esos bloqueos que se hicieron allá en Cali.

Entonces todo esto es lo que necesitamos que se revise integralmente, objetivamente, que las recomendaciones que haya sean recomendaciones que se hagan a partir del mutuo reconocimiento. Nosotros reconocemos a la CIDH, por eso yo pedí una cita y fui atender esa carta que ellos me habían hecho llegar algunos días antes de la Cancillería, el mutuo reconocimiento y el mutuo respeto a la institucionalidad, a la independencia de nuestras instituciones, pero, sobre todo, a lo que es el talante y la voluntad de este Gobierno.

No queremos que haya ningún caso que quede en la oscuridad, no queremos que haya ningún caso que quede en la incertidumbre, que la justicia investigue todos los casos, acá no puede haber casos de personas desaparecidas. Hemos oído cifras que son absolutamente aterradoras, se dijo inicialmente que más de 400 personas desaparecidas, por dios. Todos sabemos que la desaparición forzosa de personas implica un acto de estado, este no es un Estado que desaparezca personas. Por esa razón, se creó un mecanismo de búsqueda urgente de personas, entre la Fiscalía y la Defensoría, y hoy por hoy hemos visto que esa lista de más de 400 personas está cerca de 111 personas, que estaban capturadas, que se habían ido a otros lugares. Lo importante, es que cual se afirma que hay una persona desaparecida se tiene que conocer su nombre, su identificación, las circunstancias de su presunta desaparición y activar ahí sí todos los instrumentos del Estado, para que no haya ninguna duda de que acá pueden haber personas desaparecidas. Cualquier muerto que hay por exceso de la fuerza también tendrá las sanciones correspondientes esa persona de manera individual.

Nosotros hemos venido trabajando por mejorar cada vez más la calidad de nuestras instituciones, la Policía Nacional sin duda tiene una altísima calidad, son policías que trabajan en el medio ambiente, en la defensa y en la protección de la niñez, en la protección de las calles, en esta actividad de antidisturbios, cada uno con sus diferentes especialidades, pero todos con una formación por el respeto a los derechos humanos, esa es la condición que tiene el Estado colombiano.

De tal manera, que nosotros tendremos esa audiencia privada en Colombia el próximo 7 de junio el lunes; a partir del 8 tendremos ya una visita de trabajo, escuchando a las distintas personas de los distintos sectores, les hemos ofrecido que venga a Cali, que vengan a Popayán, que escuchen realmente lo que ha sido esta situación que hemos vivido. Y esperamos por supuesto un informe objetivo y sobre todo un informe constructivo, porque acá lo que queremos es mejorar todos los días sobre lo que hayamos mejorado y construir hacia adelante siempre un país que garantice ese respeto, esa promoción, esa defensa de los derechos humanos, porque somos una democracia de verdad, porque creemos en los derechos, porque creemos en la libertad del ser humano y porque ese es el respeto que siempre debe garantizar un estado.

Señores y señoras son tiempos extraordinarios que requieren ideas extraordinarias, pero sobre acciones y capacidades de trabajo extraordinarias. Vivimos tiempos extraordinarios en el mundo, cada uno de sus países tiene desafíos extraordinarios y eso es lo que vive hoy Colombia.

Daremos a las legítimas preocupaciones y a la incertidumbre que tienen algunos de sus países, pero, sobre todo, a la incertidumbre y a las preocupaciones de los colombianos una respuesta efectiva desde el compromiso que tenemos con la legalidad, con el desarrollo económico que genere empleos y con esta búsqueda permanente por la equidad, por el cierre de brechas sociales en nuestro país.
Nosotros vamos a seguir haciendo por Colombia un esfuerzo extraordinario, todo lo que nuestras capacidades nos permitan para lograr una convergencia extraordinaria, con la solidaridad y cooperación internacional, pero, sobre todo, con la capacidad de todos y cada uno de los sectores de nuestra sociedad a los cuales queremos siempre unir, construyendo juntos ese futuro que queremos para los colombianos.

Nuestra política exterior es la de ayer, es la de hoy, será la de mañana, siempre enfocada a construir lazos sinceros de cooperación, de respeto con la comunidad internacional, pero, sobre todo, a entender que también nosotros tenemos muchos temas importantes que poner en la agenda internacional, debemos hacerlo con todos ustedes que son nuestros socios, nuestros aliados, que viven acá, que han vivido de primera mano lo que hemos pasado, lo que hemos sufrido y lo que, sin duda, vamos a ser capaces de sobreponernos en el muy corto plazo.

¡Muchísimas gracias a todos!