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Palabras de la Canciller María Ángela Holguín en el 44 Periodo Extraordinario de la Asamblea General de la OEA

Washington (mar. 22/13). “Muchas gracias Señor Presidente. Un saludo al señor Secretario General, a los colegas y delegados.

Hace cerca de dos años, durante la Asamblea General de San Salvador, dimos inicio a un proceso muy importante para el Fortalecimiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Desde entonces, dentro del marco de autonomía que le corresponde a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, los Estados Miembros y la Sociedad Civil formularon una serie de recomendaciones y propuestas que han permitido adelantar un serio y necesario análisis acerca del mejor funcionamiento del Sistema.

Nuestra premisa, como país, ha sido y será la de asegurar el más absoluto respaldo al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, así como propiciar su fortalecimiento. La actividad de la Comisión, dentro de otros importantes momentos de nuestra historia reciente, fue especialmente relevante durante el oscuro período de las dictaduras militares el Cono Sur y eso lo valoramos.

Se han llevado a cabo distintas consultas, foros y actividades en la región y se ha trabajado intensamente por parte del Consejo Permanente y quiero hacer un reconocimiento a los Embajadores dado que su trabajo ha sido fundamental para adelantar esta tarea. En Bogotá se realizó el Primer Encuentro para evaluar el futuro del Sistema y se han llevado a cabo otros encuentros con el mismo fin.

No me cabe la menor duda de que todos los países aquí presentes estamos a favor del fortalecimiento de los derechos y libertades fundamentales. Esta premisa está en la esencia de nuestra condición como sociedades democráticas. Por este motivo, hemos tratado de encontrar el camino a un diálogo constructivo en esta materia. Al respecto, deseo resaltar en esta oportunidad el positivo diálogo que se ha generado entre la Comisión, los Estados Miembros y la Sociedad Civil.

Ese mismo espíritu que nos anima, es el que debe prevalecer en esta sala de manera que podamos construir un consenso que garantice un equilibrio razonable entre la insoslayable independencia de la Comisión, las legítimas preocupaciones de los Estados y la necesaria participación de la Sociedad Civil.

Quiero formular, Señor Presidente, un llamado a todos los Estados del Hemisferio para que se adhieran y ratifiquen la Convención Americana de Derechos Humanos y los que han tomado la decisión de retirarse, que se lo replanteen.

Para Colombia, el camino para enfrentar el desafío de la mejor protección de los Derechos Humanos consiste en compartir la complejidad de nuestros problemas y, al mismo tiempo, mostrar los logros alcanzados y trabajar conjuntamente con la Comunidad Internacional y, por supuesto, con la Sociedad Civil para superar las dificultades.

Hace unos meses atrás tuvimos la visita de la Comisión a diversos lugares de nuestro territorio, por invitación expresa del Gobierno, convencidos de la importancia del trabajo conjunto entre el país y el Sistema. Así debe ser el trabajo de la Comisión: conociendo de primera mano la situación de los países.

El compromiso con los Derechos Humanos es algo que se deriva de una profunda convicción democrática en nuestra nación. Dentro de la estructuración de un país moderno hemos avanzado en el fortalecimiento de todas nuestras instituciones con unas Fuerzas Armadas comprometidas con el respeto por este principio fundamental de la democracia. Somos un país con una historia compleja y difícil, distinta a la de todos en la región. Y a lo largo de esta historia lo que ha prevalecido ha sido un profundo compromiso con la democracia y un fortalecimiento de nuestras instituciones así como un convencido respeto por el derecho a opinar.

Precisamente un par de días atrás, durante la inauguración del período de Sesiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en Medellín, el Presidente Juan Manuel Santos menciona que “Colombia mantiene y profundiza cada vez más su compromiso con los derechos humanos, no en palabras, sino con acciones concretas que están generando un cambio positivo (…) Necesitamos un Sistema cada vez mejor y más fuerte que garantice la plena vigencia de los derechos humanos en la región y que reconozca, a su vez, los esfuerzos de nuestros países para cumplir con nuestros compromisos”.

Y ese es un mensaje meridiano que vengo a reiterar hoy, aquí, en esta Asamblea General donde se busca el Fortalecimiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos: esto se logra mediante un trabajo conjunto entre el Sistema y los Estados a través de un diálogo permanente. La apertura hacia este diálogo es de las dos partes.

Dentro del trabajo que hemos venido adelantando en los últimos meses, queremos registrar con satisfacción que se ha dado un paso importante. La Comisión, luego de un estudio serio y dedicado sobre la base de las propuestas formuladas por los Estados, finalmente presentó una reforma a su Reglamento, Políticas y Prácticas en donde registramos avances.

Los procedimientos se hacen más eficaces y se fortalecen los procesos de protección. En cuanto a las medidas cautelares, tema que ha generado malestar en la gran mayoría de los países, se registran avances que creemos son positivos. El diálogo debe sobresalir como el eje central del Sistema. Esta era una reforma necesaria y hay que seguir en ella. Tenemos que hacer todos un esfuerzo presupuestal importante. Colombia se compromete a hacerlo. Pero no debemos ver con suspicacia las contribuciones voluntarias mientras las mismas se enmarquen en el Plan Estratégico de la Comisión.

Señor Presidente: el concepto de la libertad de expresión es muy importante para Colombia y los colombianos. Los medios de comunicación en mi país han jugado un papel esencial en la defensa de la democracia y en contra de aquellos que por medio de la violencia han pretendido, por décadas, sembrar el dolor y el caos. Centenares de periodistas han pagado un muy alto precio por preservar la libertad de expresión.

Destacados representantes de los medios de comunicación, como en el caso de don Guillermo Cano, director del diario El Espectador, para destacar uno de los ejemplos más repudiables y emblemáticos, entregaron su vida por defender a la sociedad de la barbarie del narcotráfico. En la memoria de todos ellos nuestra actitud no puede ser otra distinta a la de preservar su legado y defender su libre ejercicio.

Por todo lo anterior, Señor Presidente, mi país apoya el Proyecto de Resolución que hoy nos ha sido presentado y esperamos que sea adoptado por consenso.

Muchas gracias”.