Bogotá, (nov. 1/15). Esta semana el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia llevó a cabo dos intercambios culturales en Italia y Estados Unidos de América con los que su iniciativa de Diplomacia Deportiva y Cultural, que aporta a la prevención del reclutamiento armado infantil, alcanza la cifra de 1.022 niños y niñas participantes en experiencias de aprendizaje, intercambio y enriquecimiento a partir de la música y el deporte alrededor del mundo.
Ya hace más de una semana que trece jóvenes de Santander de Quilichao, Cauca, y dos de sus instructores recorren Roma, Milán, Cremona y Venecia, ciudades de gran importancia para la historia y desarrollo actual de la música clásica que los recibieron como grandes músicos.
Y no es para menos, pues estos jóvenes son portadores de la música de los violines caucanos, tradición que ha estado viva por centenares de años en las montañas del Cauca. En Roma, asistieron al ensayo general de la Orquesta Sinfónica de la Academia Nacional de Santa Cecilia, ubicada en el Parque de la Música, y dialogaron con el violinista colombiano William Chiquito que toca en los primeros violines de esta organización, ensayaron con la Orquesta Junior de Santa Cecilia y tocaron su música ante niños italianos.
En Milán, fueron protagonistas de la Expo Milano 2015 en la que confluyen las culturas del mundo para darse a conocer y para activar el diálogo cultural. Los violines caucanos se escucharon en los pabellones de Italia, Qatar, Polonia y Colombia. Por invitación de los comisarios de cada pabellón, los jóvenes pudieron conocer las costumbres, economías y experiencias innovadoras de Qatar y Polonia y reconocerse en la diversidad cultural y biológica de su país representada a través de sus pisos térmicos.
En Cremona, ciudad donde nació el violín y que es considerada la patria de la lutería, visitaron el Museo del Violín en el que conocieron antepasados de este instrumento que nació en el siglo XVI, como la Ribeca, la Violetta y la Lira da braccio, y conocieron instrumentos de arco fabricados por los más famosos lutieres de Italia como Amati y Stradivari.
En el taller de lutería del colombiano Jorge Grisales, conocieron los secretos que hay detrás de la construcción de un violín y los tipos de madera y barnices que se usan para crearlos. Después de que ellos regalaron a Grisales un violín tradicional de guadua de Santander de Quilichao, él correspondió el gesto con la donación generosa de cuatro violines para la Escuela TIMCCA lo que llenó de felicidad a los jóvenes músicos.
Además, Jorge Grisales les contó cómo llegó a la lutería que conoció en Medellín cuando vio un documental sobre Cremona en un ciclo de cine italiano, después de lo cual decidió abandonar sus estudios de medicina para irse a estudiar el arte de la lutería en Cremona. Grisales, haciendo eco de los consejos ya dados por William Chiquito, los invitó a buscar de manera disciplinada y decidida sus sueños y los felicitó por estar comprometidos con la música. Julián Cardona, quien toca el violín en el grupo, manifestó no tener palabras para expresar su agradecimiento y el de todos los miembros de TIMCCA por esa donación que impulsa el desarrollo musical en este municipio. Ansiosos, los violinistas del grupo empezaron a probar los violines.
En Venecia, última ciudad de la ruta del violín recorrida por los quilichagüeños, estuvieron conociendo el Museo de la Música, casa de uno de los compositores más destacados de todos los tiempos, Antonio Vivaldi, de la mano de Paolo Cognolato miembro del grupo de música barroca "Interpreti Veneziani" que ha tocado en Colombia.
Entre góndolas y paisajes casi surrealistas, los jóvenes del Cauca se despiden de un intercambio cultural que seguramente será determinante en su futuro como artistas, estudiantes y multiplicadores de este tesoro musical.
De Italia, se llevan recuerdos artísticos y humanos que los acompañarán el resto de sus vidas, así como la protección tutelar de Giuseppe Verdi de la que se hicieron merecedores por haber tocado en la Casa Verdi, edificio que este músico italiano hizo construir para el cuidado de músicos ancianos y donde yacen sus restos, según les manifestaron al agradecer su concierto en este templo de la música de Milán.
Los jóvenes músicos tumaqueños intercambiaron conocimientos musicales y tocaron en ensambles con jóvenes locales. Foto: Cancillería.
Al mismo tiempo pero en otro continente, nueve jóvenes de Tumaco, Barbacoas, Mosquera, Roberto Payán y El Charco, Nariño, se presentaron con éxito en diferentes auditorios de Washington. La Universidad de Howard y la escuela primaria John Easton han sido algunos de los espacios en donde los jóvenes intérpretes de guasa, cununo, marimba y tambora han desplegado todo su talento y creatividad a la hora de interpretar las obras tradicionales del repertorio de la costa del Pacífico Sur de Colombia.
El público asistente al concierto destacó la importante labor que realiza la fundación musical Chango al estimular a los jóvenes para que conserven e interpreten repertorios originales que pertenecen a la tradición oral. Y es que tanto los jóvenes músicos de Santander de Quilichao como los jóvenes de Tumaco tienen en común que trabajan para perpetuar y divulgar músicas patrimoniales que se transmiten de generación en generación a través de la oralidad.
Este jueves los músicos de Tumaco se presentarán en la sede de la Organización de Estados americanos (OEA), luego viajarán a Nueva York para continuar este viaje que para algunos sigue siendo un sueño.
La realización de o participación en conciertos, clases magistrales, talleres, ensambles entrenamientos, partidos tiene como fin generar experiencias significativas alrededor de la música y el deporte y empoderar a los jóvenes que viven en contextos altamente vulnerables al reclutamiento forzado por parte de las fuerzas armadas ilegales para que sigan comprometidos con el deporte y la música.
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