Palabras del Presidente Duque en la Cumbre de jefes de Estado de Mercosur

 

Yo quiero, apreciado Presidente (Mario Abdo Benítez, Presidente de Paraguay y Presidente Pro témpore del Mercado Común del Sur –Mercosur–), agradecer esta invitación que se nos hace a este importante encuentro de Mercosur.

Y empiezo por el destacar lo siguiente. En estos momentos difíciles para el mundo hay quienes han tratado de cabalgar en el discurso de debilitación del multilateralismo y de la integración.

Hoy, con este encuentro, damos una respuesta clara que en nuestra región seguimos creyendo de manera férrea y firme en el multilateralismo y seguimos entendiendo en la integración, no como palabras vacías sino como palabras fehacientes claras que nos permiten edificar un horizonte absolutamente concreto.

Estamos viviendo la peor crisis de la humanidad, quizás desde la Segunda Guerra Mundial. Hoy enfrentamos un enemigo invisible que causa estragos en el sector de la salud.

Y que, además, con su característica de ser un virus respiratorio agudo, implica que las medidas para contenerlo traigan también efectos económicos y sociales que hoy ya lo sentimos con la afectación de los términos de intercambio, que hoy lo sentimos, también, con la caída del turismo, la afectación del comercio, que lo sentimos, también, en la afectación del transporte.

Y que lo sentimos, también, en un deterioro del mercado laboral mundial, pues como lo señalaba la (Organización Internacional del Trabajo) OIT hemos visto que el mundo ha perdido más de 300 millones de empleos en los últimos cuatro meses.

Toda esa realidad nos trae, para nosotros, un reto aún más grande. No somos una región de países de alto ingreso ni tampoco somos una región que siga subsumida en el subdesarrollo. Somos una región que ha transitado hacia el ingreso medio que ha expandido la clase media, pero que sigue teniendo limitaciones de carácter fiscal para tener un abanico de herramientas ilimitadas en este contexto.

Dicho eso, Presidente Abdo, y reconociendo el esfuerzo de todos los presidentes hoy aquí reunidos, hemos enfrentado esta crisis con reacciones oportunas, con reacciones draconianas, pero que han permitido quitarle velocidad exponencial al virus.

Dicho eso, nosotros hemos tenido que enfrentar las características de esta crisis con fenómenos que nunca se hubieran pasado por nuestra cabeza, como tener que enfrentar una escasez mundial de muchos de los productos que eran necesarios para fortalecer la capacidad de respuesta del sistema sanitario.

Las dificultades que tuvimos para conseguir, y hemos tenido, para conseguir ventiladores, reactivos, hisopos, es una demostración de las tareas que hemos tenido frente a nosotros.

Pero también hemos demostrado que no nos amainamos, que no nos arredramos, sino que vamos adelante y los hemos conseguido y hemos expandido las capacidades de respuesta para que en el sistema sanitario tengamos cómo enfrentar situaciones críticas.

Igualmente, hemos tenido que proteger el tejido social. Buscar mecanismos de transferencias condicionadas hacia los más vulnerables y de manera rápida. Y hemos, también, instrumentalizado mecanismos para proteger las nóminas y los empleos de las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas. Para reducir la afectación que trae consigo este momento tan complejo.

Y que lo hace aún más complejo el escenario donde no tendremos una vacuna por lo menos en un año, no hay un tratamiento y, donde la solución no está en quedarnos con el discurso de estar en un confinamiento permanente, sino que tenemos que proteger la vida y la salud. Y al mismo tiempo ir recuperando vida productiva con entusiasmo y con claridad y con un gran enfoque.

Donde trasladamos una responsabilidad indelegable al ciudadano en su comportamiento, en la cultura social para que el distanciamiento físico, el uso del tapabocas, el seguimiento de protocolos, etcétera, sea lo que nos permita avanzar. Desde luego, protegiendo a los sectores que son más vulnerables a la letalidad de este virus.

Todo esto lo enumero Presidente, porque mientras respondemos, también, tenemos que ser realistas de que las afectaciones las sentiremos y las estamos sintiendo en una expansión de los déficits fiscales, en una expansión del endeudamiento. Y claro, en un entorno donde la demanda agregada mundial si bien empieza a recuperarse tardará un tiempo más.

La integración es el vehículo para abrazar

Por eso no podemos pensar en soluciones por el criterio de seguir viendo el mundo con los ojos que teníamos en febrero, o en enero, o el año pasado. Tenemos que todos asumir una coordinación clara, y que el juicio que se hace por parte de los mercados responda a entender la nueva normalidad y no a tratar de eludir que esas nuevas estructuras fiscales son necesarias para proteger lo que hemos conquistado como naciones y como región.

Y que, si bien nosotros, todos, seguimos teniendo un compromiso claro, indeclinable frente a la responsabilidad macroeconómica, necesitamos nosotros tener la claridad audaz de combinar todas las herramientas para proteger los avances en materia social y evitar que los discursos que son de pirómanos, de demagogia y de populismo, busquen exacerbar el daño social construyendo un falso esquema de lucha de clases.

Por eso también tenemos que unir nuestra voz en estas consideraciones y ser claros qué aquí no puede haber cabida a ese falso dilema que busca contraponer la protección de la vida y la salud con el desarrollo económico y social. Sin salud no tenemos desarrollo económico y social y sin desarrollo económico y social no mejoramos los sistemas de salud. Luego aquí no puede existir ese dilema.

Y es nuestra audacia, nuestra inventiva, nuestra creatividad y nuestra cultura ciudadana la que nos va a permitir transitar con éxito.

Por eso, señor Presidente, yo celebro este encuentro. Porque la integración es el vehículo que debemos nosotros, también, abrazar como parte fundamental de la reactivación de nuestra región.

Pero también llamemos las cosas por su nombre para que nuestras acciones sean más eficaces. La integración regional ha sido un anhelo por décadas. Y recordamos el encuentro del Presidente (de Brasil José) Sarney y el Presidente (de Argentina Raúl Alfonsín) en la etapa embrionaria de Mercosur. Recordamos también la voz de (el expresidente de Chile Jorge) Alessandri, de (el expresidente de Colombia) Carlos Lleras), en los momentos iniciales de la Comunidad Andina de Naciones. Y recordamos también esfuerzos de las últimas décadas, o de la última década, cuando surgió la Alianza de Pacífico.

Todos estos esfuerzos son fundamentales. Pero tenemos un reto frente a nosotros, y es que el comercio intrarregional como porcentaje del comercio total en la región sigue siendo un comercio limitado, pequeño. Y los esfuerzos que hagamos tienen que ser para que se dinamice muchísimo más, nos complementemos, nos apoyemos y hagamos una verdadera estructura de cadenas integradas de valor regional.

No estamos lejos de alcanzarlo. En el caso particular de Colombia nos sentimos complacidos de tener un acuerdo de libre comercio con Mercosur que queremos sea cada vez más vibrante, de buscar más mecanismos de integración en infraestructura, en conectividad. Nos motiva, además, que podamos surtir nuestros mercados con estos productos.

Pero el reto, apreciados Presidentes, está en que definamos una agenda donde un indicador de éxito sea el porcentaje del comercio intrarregional, como el porcentaje de nuestro comercio general.

Por supuesto, también es importante que nosotros hagamos una armonización normativa, cada vez más eficaz en muchísimos frentes, y que eliminemos trámites innecesarios y barreras parancelarias, que existen, que todos queremos superar. Pero pongamos una hoja de ruta donde eso sea lo suficientemente acelerado para que vaya de la mano con la reactivación que todos anhelamos.

No puedo dejar de mencionar, también, apreciados Presidentes, la urgente necesidad de fortalecer las herramientas multilaterales de crédito en este contexto. Hemos planteado una discusión que debe, también, tener lugar en los próximos meses para consolidar una capitalización del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Hemos hablado, también, del fortalecimiento de la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina, por sus siglas en inglés), de Fonplata, del FLAR (Fondo Latinoamericano de Reservas).

Y que podamos unificar herramientas eficaces de respuesta, tanto a nivel de mercados como en apalancamiento, y como apoyo a los sectores que puedan ser más fracturados en esta coyuntura.

La crisis migratoria

Y quiero, también, dejar unos elementos sobre la mesa, apreciados Presidentes. No puede concluir este evento tan importante sin que nosotros reconozcamos que, así como se da la Integración económica, la integración política basada en principios y no en ideologismos es fundamental.

Muchos de los que estamos acá, hace unos años apostamos por (Unión de Naciones Suramericanas) Unasur. Pero nos dimos cuenta de que Unasur terminó siendo instrumentalizada, para hacer un mecanismo que protegiera el discurso de la dictocracia y después de la dictadura en Venezuela.

Por eso, también, muchos de los aquí presentes decidimos retirarnos de Unasur y darle vida a (Foro para el Progreso de América del Sur y Unión de Naciones Suramericanas) Prosur, una institución no burocrática, pero que permite la armonización de principios de defensa de la democracia, de una economía de mercado con sentido social.

Y esa unificación preclara de principios entre Prosur, Mercosur y los demás sistemas de integración que tenemos como el Sistema Andino, son fundamentales. Y eso me lleva, también, a plantear, Presidentes, que hoy hay que elevar también una voz. Nos acompaña hoy Josep Borrell (Ministro de Relaciones Internacionales de la Unión Europea). Y hemos visto como esta semana la dictadura de Venezuela expulsó al representante de la Unión Europea, algo que sabíamos iba a ocurrir tarde que temprano.

Esa dictadura y esas circunstancias que estamos viviendo en un país de nuestro hemisferio y de Suramérica, han generado la mayor crisis que haya visto nuestro continente en la historia reciente y la peor crisis humanitaria.

Y necesitamos, también, en todos los vehículos de integración plantear esos retos y esos riesgos para que tengamos claro que el camino para solventar lo que es una amenaza para toda la región empieza por el fin de la dictadura, por un gobierno se transición, con representación amplia y la convocatoria de elecciones libres, donde también se compagine con la reactivación económica.

Y por supuesto, yo también quiero hacer énfasis en lo que ha señalado el Presidente Sebastián Piñera. La Alianza del Pacífico y Mercosur han diseñado un camino y una hoja de ruta. Hoja de ruta que también queremos acelerar. Hoja de ruta que nos permitirá fortalecer nuestros mercados y nuestras oportunidades, que nos permitirá, también, al unísono, definir un camino de políticas que, también, busque la solventación y el mecanismo de integración de los mercados de capital, que tengamos mayor movilidad. Y, por supuesto, que tengamos normas más homogéneas frente a la inversión.

Yo quiero, además, Presidente Abdo, agradecerle a usted sus esfuerzos y su gestión. Y quiero agradecer que en la declaratoria que se hiciera en el 2019 todos ustedes reconocieron el esfuerzo que se hace en Colombia para construir una paz con legalidad, una paz sin impunidad, una paz donde los conceptos de seguridad y justicia estén hermanados y unificados para que nuestro país pueda derrotar cualquier manifestación del crimen.

Yo agradezco que nos haya invitado una vez más a este encuentro. Colombia cree en la integración. Colombia cree en el multilateralismo. Y creo que este encuentro que se hace de manera virtual es una demostración que las distancias físicas jamás dejarán de acercarnos en los principios y en los ideales fundacionales de estas herramientas.

Yo también le deseo lo mejor al Presidente (de Uruguay, Luis Alberto Alejandro Aparicio), de Lacalle, que asuma, también, está presidencia pro témpore con estas ideas claras de cómo podemos construir indicadores de éxito, y que sus indicadores de éxito nos lleven a que nosotros miremos en un horizonte no muy lejano que el comercio intrarregional está reverdeciendo con el ímpetu suficiente.

Cuando nosotros comparamos el comercio intrarregional como porcentaje del comercio de nuestra región con Europa o con Asia nos damos cuenta de que estamos bastante aletargados. Por lo tanto, acelerarlo, es la responsabilidad. Y lo decía el Presidente (de Chile, Sebastián) Piñera, haciendo referencia a cómo la virtualidad está cambiando en el marco de esta pandemia.

Yo creo que esta es la gran oportunidad para la aceleración de la historia. Una aceleración donde la telemedicina, la educación virtual, la inclusión financiera sean elementos transformadores.

Y quiero, también, hacer referencia a que los objetivos de la integración nunca buscan el pensamiento único. A que los objetivos de la integración nunca buscan la ideologización.

La verdadera integración sabe reconocer las dinámicas democráticas de nuestras repúblicas. Pero también sabe reconocer que la integración no es de izquierda, ni de derecha, que la defensa del emprendimiento y del libre comercio no es de izquierda ni derecha, sino de sentido común, que la defensa de la democracia no es ni izquierda, ni derecha, que no se acepta las dictaduras bajo ninguna manifestación, y que aquí no somos selectivos en la forma en la que trazamos nuestros criterios, ni nuestros derroteros.

Y por eso finalizó, también, haciendo referencia a que, en estos momentos de dificultad, la palabra resiliencia es rectora, porque consiste en transformar las adversidades en la mejor de las oportunidades.

Se hacía mención de O'Higgins y a San Martín, héroes, libertadores, constructores de naciones.

Pero también sea este el momento para hacer la remembranza, que en el momento más difícil de la Campaña Libertadora, Simón Bolívar, desde los Llanos se planteó llegar hasta Santa Fe de Bogotá y continuar después su Gesta Libertadora teniendo que atravesar el Páramo de Pisba, donde estaban todas las inclemencias de la naturaleza y las dificultades que nos traía un clima para el cual no estaban adecuadas las estructuras ni mucho menos la capacidad de esos centauros indomables que venían de los Llanos con el liderazgo, que inicialmente lo tuvo en general Páez y que después lo condujo Bolívar, durante esa gesta.

Muchos dijeron que esa era una aventura suicida, pero pudo más el ímpetu y las ganas de los guerreros para consolidar la libertad.

Hoy sabemos que afrontamos momentos muy complejos, pero esta reunión nos muestra los bríos que tenemos de integración, y que a pesar de las dificultades y los obstáculos América Latina, Suramérica, Mercosur, nuestra Comunidad Andina se hace firme y se hace sublime porque nos unen ideales que son más fuertes que cualquier adversidad.

Muchísimas gracias, apreciados presidentes.

Tomado de la página de Presidencia de la República

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