Colombia se convierte en el primer país de América Latina y el Caribe, y el séptimo en el mundo, en iniciar la formulación de su Plan de Acción Nacional sobre Juventud, Paz y Seguridad, conforme a la Resolución 2250 de 2015 del Consejo de Seguridad de la ONU. Este plan busca fortalecer cinco pilares clave para la participación de las juventudes en la construcción de la paz: participación, protección, prevención, cooperación, y desvinculación y reintegración.
El lanzamiento, realizado en Bogotá, fue liderado por los Ministerios de Igualdad y Equidad y el Ministerio de Relaciones Exteriores, junto al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en Colombia. Asistieron jóvenes de diversas regiones del país, representantes de organizaciones sociales, delegaciones diplomáticas, instituciones estatales y académicos.
Desde el inicio, la Cancillería, a través del Viceministerio de Asuntos Multilaterales, ha proporcionado un apoyo técnico, político y estratégico clave para estructurar e impulsar el Plan. Este respaldo incluye la coordinación con actores nacionales e internacionales, el diseño metodológico del proceso consultivo y la promoción de un enfoque multilateral basado en derechos humanos.
El viceministro Mauricio Jaramillo Jassir afirmó: "La implementación de la Resolución 2250 debe trascender los marcos normativos y promover un cambio cultural que garantice la participación real de las juventudes en la toma de decisiones. Este Plan es una oportunidad para transformar esas estructuras, liderado por quienes han sufrido directamente los efectos del conflicto."
Asimismo, Jaramillo destacó: "El enfoque en la seguridad humana implica reconocer que proteger al Estado y a las personas no son objetivos opuestos. La Resolución 2250 aboga por una visión de paz y seguridad que supera la obsoleta idea de seguridad nacional."
En Colombia, donde una de cada tres víctimas del conflicto armado es adolescente o joven, este proceso adquiere un carácter transformador. El Plan busca destacar a las juventudes como agentes de cambio en la reconstrucción del tejido social, el diálogo intergeneracional y la consolidación de una paz duradera con justicia social.
Este esfuerzo se enmarca en una política exterior enfocada en la justicia social, los derechos humanos y la paz total, con las juventudes como protagonistas de esta agenda transformadora.
