Bogotá (ago. 5/18). Colombia fue sede de algunas de las más importantes cumbres a nivel regional, como la de Tuxtla, la de las Américas, la Conferencia Iberoamericana y en tres oportunidades fue sede de reuniones presidenciales de la Alianza del Pacífico.
La riqueza y la belleza del español se volvió una herramienta de promoción de Colombia en el exterior. A través del programa ELE-Focalae, capacitamos a más de 2.000 funcionarios, guías y estudiantes de África, Asia, Europa y el Caribe.
Llevamos nuestras mejores prácticas en políticas públicas, en seguridad y educación a todos los Estados del Caribe, como muestra de nuestras fortalezas y de nuestro espíritu de solidaridad.
Tuvimos una destacada participación en las conferencias sobre cambio climático. Nuestros negociadores estuvieron entre los más influyentes y lograron que, por iniciativa colombiana, se adoptaran los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Colombia lideró en distintos espacios multilaterales y regionales un nuevo enfoque en la lucha contra el problema mundial de las drogas y logró importantes avances.
El país, gracias a su nuevo lugar en el mundo, ocupó un asiento como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el periodo 2011 y 2012.
Tuvimos secretarios generales en la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y en la Asociación de Estados del Caribe (AEC). Presidimos el Consejo Económico y Social (Ecosoc) y logramos que juristas destacados colombianos hicieran parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Logramos impulsar exitosamente 58 candidaturas de Colombia y 20 de ciudadanos colombianos, quienes ocuparon cargos directivos en organismos internacionales, llevando en alto el nombre de nuestro país.
En 2011, impulsamos, con Chile, México y Perú, la creación de la Alianza del Pacífico, un mecanismo exitoso de integración profunda a través del cual se logró la liberalización del 92% del comercio entre los 4 países; se eliminaron visas las visas de turismo y de negocios; se han otorgado 1.840 becas a través de la Plataforma de Movilidad Académica, de las cuales 500 beneficiaron a ciudadanos colombianos, y se comparten Embajadas en 9 países, entre otros logros.
Nuestra diplomacia fue una herramienta para la construcción de la paz en Colombia. Gracias a las gestiones diplomáticas realizadas, el Consejo de Seguridad apoyó por unanimidad la creación de una Misión especial de verificación del acuerdo sobre el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y la dejación de armas. Igualmente aprobó una segunda misión para verificar la reincorporación de los excombatientes de las FARC a la vida civil.
Se extendió y profundizó el mandato de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de los Estados Americanos (MAPP/OEA) para vigilar desafíos, riesgos y amenazas para la paz en el posconflicto de Colombia.
Conseguimos apoyo político al proceso de paz que ha sido invaluable e importantes recursos de cooperación para el posconflicto. Relevante resulta el apoyo de la Unión Europea con la designación de Eamon Gilmore como enviado especial para el proceso de paz y la creación del Fondo Fiduciario para el Posconflicto. Además, la comunidad internacional lanzó con 80 millones de dólares la iniciativa Global de Desminado Humanitario para Colombia.