Si bien tanto Colombia como Bolivia son naciones con un origen común, asociado a la campaña Bolivariana, entre las décadas de 1810 y 1830, sus relaciones diplomáticas toman fuerza a partir de la adopción del “Tratado de Amistad entre Colombia y Bolivia”, suscrito el 19 de marzo de 1912, el cual se encuentra vigente desde el 20 de diciembre de 1912[1].
Y haciendo un recorrido por el patrimonio documental de la Cancillería, específicamente por las transferencias secundarias, es decir, la documentación que ha pasado al resguardo del Archivo Histórico, en este caso, el Archivo General de la Nación, nos encontramos con la correspondencia de la Legación de Colombia en Bolivia para 1912, sostenida entre el ministro plenipotenciario ante el gobierno de Bolivia, Francisco José Urrutia Olano (1870-1950)[2], y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, precedido por José María González Valencia (1840-1918) entre el 23 de noviembre de 1911 y el 10 de diciembre de 1912.
Imagen 1. Francisco José Urrutia, ministro plenipotenciario ante el gobierno de Bolivia[3].
Entre las comunicaciones que sostuvieron durante este año encontramos las novedades y noticias que Urrutia le compartía al ministro González sobre temáticas como las relaciones entre Bolivia con Chile y Perú, especialmente centradas en asuntos fronterizos entre estas tres naciones, sobre las salitreras y la explotación minera en el Cerro Toco (Chile) y la perspectiva de Bolivia en asuntos fronterizos entre Colombia y Perú por la Amazonía, específicamente en el Putumayo.
Uno de los documentos que podemos destacar tiene que ver con un informe fechado el 27 de junio de 1912, presentado por el ministro plenipotenciario Urrutia al Ministerio de Relaciones Exteriores donde explora los artículos de origen colombiano que son exportados a Bolivia, así como las posibilidades de comercio exterior que se pueden explorar en pro de alimentar las relaciones comerciales y diplomáticas entre ambas naciones.
Es por ello que acá proponemos explorar este informe y hacer un recorrido por las relaciones comerciales que actualmente existen entre los dos países, con el objetivo de reflexionar acerca del trato amistoso, la cooperación y el buen entendimiento entre ambos países, aspectos en el que el patrimonio que ha resguardado la entidad resulta ser clave para su valoración y análisis.
El informe si bien fue presentado en 1912, más el ministro Urrutia comenta que la información que posee data de 1907. Allí nos introduce al comercio que ingresó por el puerto de Antofagasta (recién reincorporada al control de Chile), a la ciudad de Oruro (Bolivia) de madera procedente de Nariño y Cauca, correspondiente a unos 57 bultos de aproximadamente 3328 kilos y por valor de 7721.20 pesos. Sin embargo, lo que podría ser un producto con alto interés de comercio y con ventajas para ambas economías, se vería truncado por los altos fletes de quienes poseían casi de manera monopolizada la navegación en el océano pacífico, la Compañía Inglesa del Pacífico.
El ministro Urrutia comenta que el comercio entre ambos países se ve afectado tanto por estos fletes, como por la competencia en la que entra Colombia con otros países a Bolivia y la diferencia en fletes con economías de mayor peso como la estadounidense. En cuanto a otros productos como el azúcar, este tiene como competencia el mercado más cercano a Bolivia, el peruano, el cual también compite para entrar con este producto a economías como Chile.
Las mejoras en las tecnologías como en el transporte suponen unos de los intereses de los que el ministro Urrutia menciona con el objetivo de mejorar las condiciones en el comercio entre ambos países que, junto a condiciones más justas en fletes, den pie a un mercado más dinámico entre estas naciones del continente, incluyendo a Perú y Chile. En este punto destaca el hecho de que Bolivia no tiene productos de gran interés para exportar a Colombia, por lo que un tratado de ‘reciprocidad comercial’ no tiene mayor cabida entre los dos, cosa contraría a la que si ve posible entre Colombia y Chile.
Imagen 2. Panorama de la relación comercial entre Bolivia y Colombia para un tratado de reciprocidad comercial[4].
A pesar de este panorama, propone comercio en sectores como el carbón de piedra, el cual, a pesar de la inmensa riqueza mineral de Bolivia, no se cuenta como un recurso disponible en el país y que Colombia si posee, específicamente en el Cauca; este producto lo menciona como de uso clave para el impulso de los ferrocarriles, de nuevo enlazando el tema de los transportes, las tecnologías, y aún más, el tema de los fletes, los cuales en su disminución presentarían la oportunidad para Colombia para participar de este comercio no solo con Bolivia, sino con el resto de la región.
Urrutia culmina su informe recalcando la importancia de la mejora en la infraestructura de los puertos con el objetivo de abaratar los costes en el comercio y el tráfico de mercancías, así como de la expectativa en los beneficios que pueda traer la apertura del Canal de Panamá en compañía a la mejora en los puertos de ambos mares en Colombia, así como veía lo venía desarrollando Chile con mejoras en el puerto de Valparaíso.
Imagen 3. Cierre y firma del informe por parte del ministro plenipotenciario en Bolivia Francisco José Urrutia[5].
Ahora bien, a pesar de que el panorama que se presenta en el informe con respecto a la relación comercial entre estos dos países parece ser corta, da la oportunidad para considerar la dinámica que representa el comercio en el Pacífico suramericano, y es que no es solamente la sólida relación que existe entre el comercio chileno, peruano y boliviano, sino las ofertas que tiene para dar el pacífico colombiano con productos provenientes de los departamentos del Valle del Cauca, Cauca y Nariño, según lo expone el mismo Urrutia.
A nuestros días, vemos que esta relación comercial sí es posible, y que además se han podido superar barreras no solo tecnológicas y de transporte en el mismo paso del siglo que hay de distancia entre esta comunicación y la presente nota, sino también desde la relación comercial autónoma y equitativa que representa la existencia del Pacto Andino, el cual estrecha las relaciones entre Colombia y Bolivia, junto a Perú y Ecuador desde 1969 en un gran pacto de libre comercio entre estas naciones, y como un bloque de cooperación que participa en el comercio global.
Y volviendo a la relación comercial entre estas dos naciones, hoy en día tenemos un panorama diverso que va de la mano a esa intención de amistad, de buen entendimiento, cooperación y comprensión mutua, así como se firmó en 1912 y se reafirma en la existencia de las embajadas de ambas naciones establecidas en Bogotá y la Paz. Y en lo que tiene que ver con productos, hablamos de una relación de productos alimenticios, animales y vegetales, minerales y metales los que provienen de Bolivia a Colombia, y en el sentido contrario, hay una relación comercial de productos químicos, alimenticios, plásticos y algunos minerales y metales[6].
Si bien estas actividades de comercio exterior han sido responsabilidad de diferentes ministerios de comercio y fomento durante todo el siglo XX y ahora con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, el Ministerio de Relaciones Exteriores no ha estado alejado de esta tarea, y este informe de 1912 es una muestra de ello; así mismo, en el acervo documental que se resguarda en el Archivo Central y sus transferencias al Archivo General de la Nación, podemos dar cuenta de los valiosos pasos que ha dado el país con sus pares en el desarrollo de la diplomacia, la cooperación, la amistad y en sí, de todas las estrategias posibles para un desarrollo equitativo de todos los pueblos.
[1] Acerca de la Embajada. Embajada de Colombia en Bolivia. https://bolivia.embajada.gov.co/acerca/embajada
[2] Quien ya había servido como ministro de relaciones exteriores entre 1908 y 1909, y sucedería al Ministro González, de quien nos referimos en el presente artículo, en la cartera de relaciones exteriores entre diciembre de 1912 y agosto de 1914.
[4] Archivo General de la Nación. Archivos Oficiales. Ministerio de Relaciones Exteriores. Transferencia 8. Diplomática y consular. Correspondencia Mayo – Julio, Legación de Colombia en Bolivia. Caja 82, carpeta 3, folio 77.
[5] Archivo General de la Nación. Archivos Oficiales. Ministerio de Relaciones Exteriores. Transferencia 8. Diplomática y consular. Correspondencia Mayo – Julio, Legación de Colombia en Bolivia. Caja 82, carpeta 3, folio 78.
[6] Observatorio de Complejidad Económica - OEC. Relaciones comerciales Colombia Bolivia, disponible en: https://oec.world/es/profile/bilateral-country/col/partner/bol