- La Cancillería lideró un conversatorio que reivindica la dimensión cultural y ancestral de la planta.
- Participantes llamaron a superar el enfoque punitivo y escuchar a las comunidades que la cultivan.
Bogotá, 7 de mayo de 2025 - @CancilleriaCol. En el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, la Cancillería, a través de su Dirección de Asuntos Culturales lideró el conversatorio “La hoja de coca: entre el estigma y el reconocimiento”, un espacio que invitó a mirar la planta más allá de los prejuicios, y a reconocer su valor cultural, ancestral y simbólico para muchas comunidades en Colombia.
El evento, que parte de la agenda académica de la Cancillería en la feria, reunió a Dora Troyano y Natalia Sánchez en un diálogo moderado por Isabel Pereira. La conversación giró en torno a los desafíos, oportunidades y nuevas narrativas que están emergiendo en torno a esta planta.
“Hemos visto cómo desde la Cancillería se han promovido espacios para visibilizar los aspectos positivos de la política de drogas: qué implicaría una reclasificación de la hoja de coca, qué usos alternativos tiene, y cómo divulgar un conocimiento que antes no se compartía”, afirmó Isabel Pereira, destacando la importancia de pasar del miedo al debate informado y respetuoso. “Es muy valioso que ahora se impulse un relato diferente, más constructivo, sobre lo que está haciendo Colombia, no desde el miedo ni desde la obsesión por mostrar cuántas hectáreas se erradican, sino proponiendo un debate más honesto, basado en la evidencia y en los derechos humanos.”, agregó.
Por su parte, Dora Troyano hizo un llamado a seguir construyendo un nuevo relato que involucre voces de diversos escenarios: “Es muy importante tener estos espacios, sobre todo convocados por el Gobierno, en este caso por la Cancillería, porque una iniciativa que surge de la sociedad civil empieza a ser escuchada de verdad. El evento de hoy significa la posibilidad de construir juntos una propuesta de paz, una que también tenga en cuenta a las más de 110 mil familias que cultivan hoja de coca en Colombia y que necesitan una oportunidad. Si no la construimos juntos, el narcotráfico seguirá siendo la única opción que les queda”, expresó.
Desde una mirada de política exterior, Natalia Sánchez recordó que este tipo de espacios son clave para impulsar un cambio en la forma en que se comprende y regula la hoja: “Esto se concreta en varios espacios. Uno de ellos es la revisión crítica de la clasificación de la hoja de coca como estupefaciente, que busca que un comité de expertos de la OMS evalúe si realmente está bien clasificada y si los controles que se le imponen corresponden a su naturaleza. Nuestro objetivo final es que se reconozca que la hoja no es tan dañina como nos han hecho creer.”
Es importante mencionar que la Dirección de Asuntos Culturales viene liderando el proceso de patrimonialización de las prácticas y saberes tradicionales asociados a la hoja de coca, con el objetivo de que sean reconocidos por la UNESCO en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, conforme a la Convención de 2003.
En línea con este propósito, y bajo el liderazgo de la Cancillería, el Comité Técnico Nacional del Patrimonio Mundial aprobó durante el primer trimestre de 2025 avanzar en un trabajo articulado con comunidades y entidades para la elaboración de un expediente que permita su inclusión en la lista del patrimonio inmaterial de la nación, como paso previo a su presentación ante la UNESCO.
Paralelamente, la delegación de Colombia ante la organización, ha venido desarrollando actividades pedagógicas, con un enfoque biocultural, para dar a conocer entre los Estados miembros y la secretaría de la Organización los saberes y prácticas vinculados al uso tradicional de la hoja de coca.