Naciones Unidas, (Dic. 10/12). La Ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, propuso este lunes, en el debate del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que las dimensiones de la crisis en la región del Sahel deben trabajarse a partir de dos pilares: “El primero es el reconocimiento a la titularidad nacional en la búsqueda de soluciones a los diferentes problemas que enfrenta el Sahel. El segundo es el trabajo cercano y coordinado con las organizaciones regionales y subregionales”.

La Canciller de Colombia hizo la propuesta en el debate citado por Marruecos como Presidente en diciembre del Consejo de Seguridad de Naciones sobre ‘Paz y seguridad: la situación en la región del Sahel’.

En su intervención, la Canciller colombiana enfatizó en que la región del Sahel sufre las consecuencias de prolongados problemas estructurales, los cuales se han visto agravados desde hace poco más de un año por el deterioro de las condiciones de seguridad, la inestabilidad política y social, una inusitada sequía, así como por el incremento en el tráfico ilícito de armas, la agudización de diversas manifestaciones de la delincuencia transnacional organizada y por el terrorismo. Lo anterior ha resultado en una crisis humanitaria y alimentaria y en un creciente número de violaciones a los Derechos Humanos.

“Colombia considera indispensable que las autoridades nacionales acuerden y definan estrategias claras y concretas, que respondan a las necesidades y aspiraciones de la población, que cuenten con el suficiente apoyo de los diversos sectores de la sociedad, y que estén dirigidas al logro de soluciones estructurales y de largo plazo”, dijo la Ministra Holguín a los delegados del Consejo de Seguridad.

La Ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, explicó que en materia de seguridad se deben coordinar acciones que tengan en cuenta la extensión y la porosidad de las fronteras entre los Estados de la región del Sahel, que dificulta ejercer controles efectivos por lo que grupos delictivos transnacionales y organizaciones terroristas desarrollan sus actividades con cierta facilidad. “Es necesario abordar de manera integral estos desafíos a la seguridad regional y avanzar en la discusión y concertación de mecanismos  entre los países afectados, con el fin de facilitar el intercambio de conocimientos y experiencias, el establecimiento de marcos legales comunes que respondan a las particularidades de la región, la cooperación en materia judicial, así como el fortalecimiento de los controles fronterizos”, resaltó la Ministra.

Sobre el tema Malí, la Canciller colombiana señaló que este país es en el que “confluyen de manera más dramática las manifestaciones del deterioro de la situación en la región. La inestabilidad política y social, las amenazas a su seguridad y unidad e integridad territorial, una grave situación humanitaria, la degradación medioambiental, la destrucción de su patrimonio cultural y una permanente fragilidad económica, son solo algunos de los retos que ha debido afrontar el país de manera simultánea durante el último año”.

En sentido, la Ministra de Relaciones Exteriores reiteró que Colombia apoya la fórmula de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (Cedeao), respaldada por la Unión Africana en cuanto a lograr “una solución de doble vía, en la que se privilegia una salida negociada, tanto para el restablecimiento del orden constitucional como para adelantar las tareas de transición, y de manera paralela se busca se busca una solución a la amenaza que significan los grupos armados en el norte del país”.

Finalmente, hizo un llamado para actuar con “sentido de urgencia, resolver los interrogantes vigentes y proceder de manera que los líderes del país y la región cuenten con mecanismos y recursos eficaces que los habiliten para resolver la crisis de Malí y sus repercusiones en el Sahel. Colombia apoya los esfuerzos que la región hace para desarrollar una gran estrategia coherente, concertada y oportuna para contribuir a la paz y la seguridad internacionales”.