Intervención del Vicepresidente Angelino Garzón durante la presentación del II Informe Nacional del Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas

 

Consejo de Derechos Humanos

Grupo de Trabajo sobre el Examen Periódico Universal.

16º período de sesiones

 

Intervención del señor Vicepresidente de la República de Colombia, Angelino Garzón

Ginebra, 23 de abril de 2013

Señoras y señores de la mesa directiva y del Consejo de Derechos Humanos. Señor Presidente, Señora Alta Comisionada.

Quiero transmitir el saludo fraterno del Señor Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón.

Colombia se presenta en esta segunda ocasión al Examen Periódico Universal  EPU para responder a los compromisos y recomendaciones que asumimos en diciembre de 2008 y para presentar, de manera abierta y transparente, los avances logrados y desafíos en estos cuatro años.

Me acompaña una delegación de Estado, y que incluye altos representantes del Gobierno, de la fuerza pública y de los órganos de justicia y de control del estado colombiano.

Ellos tendrán la oportunidad de responder a las preguntas que aquí se planteen, de presentar los avances y dificultades que han ocurrido en el ejercicio de sus funciones.

En diciembre del año 2008 por iniciativa del gobierno de Uruguay, ustedes nos recomendaron la búsqueda de la paz para Colombia. En esa perspectiva, el gobierno del presidente Santos que asumió en agosto de 2010, reconoció la existencia de un conflicto armado interno, promovió la aprobación de una ley de reparación a las víctimas de ese conflicto y de restitución de tierras a población desplazada.

 

El presidente Santos, en cumplimiento del mandato de la constitución nacional y de la recomendación de este Consejo, con la ayuda de los gobiernos de Noruega y Cuba, el acompañamiento de los gobiernos de Venezuela y Chile, ha iniciado en la Habana Cuba, un diálogo con voceros de la guerrilla de las Farc, encaminado a lograr la firma de un acuerdo de paz.

 

El gobierno tiene la voluntad de hacerlo pero necesitamos que los voceros de la guerrilla de las Farc también lo hagan. Ellos tienen el deber con el pueblo de comprometerse a cesar todas las acciones criminales y violentas contra la población civil, poner fin al reclutamiento forzado de niños, niñas, y adolescentes, a no colocar más minas anti personales y entregar tierras para reparar a las víctimas de la violencia como base para un proceso de perdón y reconciliación en Colombia. En otras palabras, a no seguir disparando contra la paz.

 

Tal como lo recomendaron los gobiernos de Suiza, Noruega, Uruguay,  entre otros países, en diciembre de 2008, ante este Consejo de Derechos Humanos, como política de estado defendemos la labor de los defensores y defensoras de los derechos humanos, incluyendo la de los dirigentes sindicales. Hoy no es posible en Colombia que un servidor público, sea civil, militar, o policía,  denigre de la actividad de los defensores y defensoras de los derechos humanos y de las libertades sindicales, so pretexto de combatir a los grupos armados ilegales.

La justicia tiene el derecho legítimo y la independencia necesaria para investigar y sancionar a los servidores públicos, o particulares que violenten los derechos humanos y el derecho internacional humanitario. Hemos avanzado en los mecanismos de protección de los defensores y defensoras de los derechos humanos, de líderes sindicales, lo mismo que de otras organizaciones sociales, incluyendo a las víctimas del conflicto armado, de la restitución de tierras, de comunidades afro descendientes, de indígenas, de LGBTI, de mujeres, entre otras.

Reconocemos que todavía tenemos desafíos muy grandes por superar, de manera especial el relacionado con el combate contra los integrantes de organizaciones armadas ilegales, como las guerrillas, las bandas criminales, los narcotraficantes y la delincuencia común.

Ellos siguen creyendo que con sus amenazas, asesinatos de personas y otras acciones violentas, nos van a obligar a  cambiar las políticas y salirnos de la ruta de buscar la paz para Colombia.

Una vez más se equivocan. Reafirmo ante ustedes el compromiso del Gobierno Colombiano de continuar la lucha por el logro de la paz, el respeto integral de los derechos humanos, de sus defensores y defensoras y del sindicalismo como institución de la democracia.

Con ese propósito, acepté como Vicepresidente la responsabilidad de la defensa de los derechos humanos en Colombia.

En ese camino, destaco que conjuntamente con la comunidad internacional, incluyendo la oficina de la Alta comisionada para los derechos humanos de Naciones Unidas, el estado colombiano  y la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil, realizamos, de manera exitosa, la Conferencia Nacional de Derechos Humanos en diciembre pasado, previa realización de numerosos foros regionales.

 

En esa perspectiva en septiembre próximo, llevaremos a cabo el cuarto encuentro de escuelas de formación del estado en materia de cultura de los derechos humanos. También en octubre realizaremos, el seminario nacional sobre tratados de libre comercio y derechos humanos con el auspicio de la Unión Europea y en diciembre la conferencia nacional sobre "pobreza,  derechos humanos e inclusión social", eventos a los cuales todos ustedes, amigos y amigas están cordialmente invitados.

 

Toda esta política nos coloca como un país en progreso y la estamos haciendo en un país que desafortunadamente no ha logrado todavía la paz.

Pero no queremos mostrar a Colombia como el país de las maravillas, menos ocultar las dificultades y los desafíos que todavía tenemos como la falta de mayor equidad social, los niveles de impunidad, de hacinamientos carcelarios, la necesidad de mayor protección para algunos luchadores por la defensa de los derechos humanos y de la actividad sindical, y la firma de una acuerdo de paz.

En esa perspectiva, reiteramos que nos gustaría conocer la experiencia de países que estén reparando a las víctimas sin haber logrado la paz o de países que teniendo la existencia de guerrillas, bandas criminales y narcotraficantes,  estén ampliando la calidad de vida de la población y el respeto a las garantías constitucionales. Necesitamos conocer urgentemente esas experiencias para que sirvan como ejemplo a seguir en Colombia.

Señor Presidente, con el ánimo de seguir contribuyendo al fortalecimiento del consejo de derechos humanos, y de sus procedimientos, me permito informarles que el gobierno ha tomado la decisión de manera unilateral, de extender por tres años más el mandato de colaboración con la oficina de la Alta comisionada para los derechos humanos en Colombia.

Señor Presidente, me permito pasar la palabra al señor Ministro del Interior.