Intervención de la Ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín Cuéllar, en la XIVL Asamblea General de la OEA

 
Señor Canciller de la Argentina, Héctor Timerman
Señor Secretario General de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza.
Señores Cancilleres
Representantes de los Estados y Organismos Observadores
 
Señores  y Señoras
 
Quisiera agradecer al Gobierno del Paraguay, por la organización de esta  Asamblea General, y por recibirnos como siempre lo hacen los paraguayos de manera tan generosa y hospitalaria en esta bella ciudad, Asunción.
 
Igualmente, permítame felicitar a Paraguay por el tema central elegido para esta Asamblea: “Desarrollo con Inclusión Social”.
 
Es un tema crucial para toda América y para la comunidad internacional en general, y respecto del cual debemos ser ambiciosos en nuestros esfuerzos nacionales y regionales.
 
El gran reto que afrontamos en la actualidad es lograr una inclusión social que permita la reducción de las altas brechas de inequidad que son un freno para lograr las sociedades prósperas y dinámicas a las que todos aspiramos. Tenemos que ser más activos en atender las necesidades de la población menos favorecida en nuestros países.
Es nuestra responsabilidad, lograr una región justa, igualitaria, donde la justicia social deje de ser un concepto etéreo y se plasme, con acciones concretas, en las vidas y esperanzas de las personas.
 
Sin duda la OEA puede hacer importantes aportes en la discusión que la comunidad internacional adelanta en este momento en relación con la Agenda Post 2015, compartiendo las buenas prácticas y experiencias exitosas en la lucha contra la pobreza, políticas de equidad y la mejora de las condiciones de vida en nuestro hemisferio.
 
La inclusión social, tanto en las ciudades como en las zonas rurales, implica el reconocimiento y la garantía de los derechos de todas las personas sin discriminación alguna, así como a todos los grupos vulnerables o marginados.
 
Por ejemplo, se ha establecido que el 15% de la población mundial tiene alguna forma de discapacidad. Esto impone el reto de eliminar las barreras físicas, comunicativas y actitudinales de nuestras sociedades.
 
La educación es la herramienta más vigorosa para impulsar el desarrollo y garantizar la inclusión de todos los pueblos de las Américas. Es una tarea crucial para el continente, y sin ella es impensable que cumplamos nuestras metas en materia de inclusión social, desarrollo, promoción de los derechos humanos, democracia y seguridad.  En las consultas que adelantamos en el proceso preparatorio de Río+20, siempre fue identificada como  la prioridad para nuestra región.
 
La competitividad, innovación y tecnología, que se fundamentan en educación con excelencia son precisamente los elementos que permiten las transformaciones productivas para el éxito en un mundo dinámico y globalizado.
 
Un fuerte sistema nacional de innovación permite crear nuevas oportunidades de empleos decentes y productivos, potenciar las capacidades individuales y colectivas, asegurar la competitividad de las empresas y avanzar hacia la construcción de sociedades basadas en el conocimiento.
 
Esto redunda evidentemente en una mejor y mayor integración hemisférica que genera inversión en infraestructura, competitividad y crecimiento económico.
 
Es necesario fortalecer los lazos de cooperación e intercambio de experiencias entre la región, para lograr así, crear y desarrollar las capacidades locales y hacer buen uso de los recursos para potencializar al hemisferio como generador de innovación en beneficio de todos los sectores productivos y de las poblaciones más vulnerables.
 
En esta materia, y camino hacia la modernización de la OEA, Colombia propone la creación de una estructura del sistema interamericano para que acompañe a los Estados en la formulación de las mejores políticas públicas en educación y oriente los esfuerzos hacia los más altos estándares de calidad. Se trata de crear una gran institución para encarar el inmenso desafío de la educación.
 
Para ello, el Secretario General deberá contar con el mandato para presentar la propuesta y al consejo permanente ha de encomendársele la reforma que ha de presentársele a la consideración de la Asamblea General. Colombia ofrece la financiación del estudio con los más connotados expertos.
 
En los esfuerzos nacionales y regionales por el desarrollo integral, sostenido y con inclusión social, la seguridad alimentaria juega un rol importante.
Por esta razón, debe ser motivo de orgullo que esta región - y a un solo año para la fecha límite para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio - 16 países han alcanzado la meta de reducir a la mitad la proporción de personas que sufren de hambre, y que 6 de ellos hayan logrado reducir a la mitad el número absoluto de personas que padecen hambre.
 
Sin embargo, aún persisten retos importantes en esta materia. Por esto, en el marco de la OEA se debe seguir trabajando coordinadamente para promover medidas que redunden en la mejora de la calidad de vida de las personas que habitan en las zonas rurales, especialmente aquellas en condiciones de mayor vulnerabilidad, y que son realmente los garantes de la seguridad alimentaria y nutricional de nuestra región en el futuro.
Permítanme compartir algunas reflexiones de la experiencia colombiana, en sus esfuerzos por avanzar hacia una sociedad más incluyente, justa y próspera.
 
El primer paso para la prosperidad real de la nación que queremos, es que ésta prosperidad sea repartida con mayor equidad, que sea incluyente y que sea de todos.
 
Mediante un esfuerzo constante en el tiempo, Colombia ha logrado en los últimos años, importantes avances en la lucha contra la pobreza y en una mayor generación de empleo.
 
Entre el año 2010 y 2013, 1,5 millones de colombianos salieron de la pobreza extrema y 2,4 millones superaron la pobreza, al tiempo que se fortaleció la generación de empleo con la creación de 2,3 millones de empleos bajo una visión de trabajo decente.
 
En Colombia, a través de una serie de políticas y programas sociales de inclusión, hemos logrado que se mejore la calidad de vida de millones de familias vulnerables en el país. Un elemento clave, ha sido proyectar los programas sociales a lo largo de la vida de las personas, porque éstas políticas no deben ser conceptos abstractos sino que deben lograr afectar positivamente la vida.
 
Por ello, los hogares colombianos mejoraron en infraestructura de vivienda, acceso a servicios de salud, asistencia escolar, servicios orientados al cuidado de la primera infancia.
 
Gracias a la revolución digital que se impulsa en el país, ahora contamos con una infraestructura tecnológica mejorada: más de mil de los 1.123 municipios de Colombia han sido incluidos en la Red Nacional de Fibra Óptica, 44% de los hogares colombianos se conectan a Internet y el 60% de las Minipymes usan la tecnología informática para mejorar su competitividad.
 
En Colombia ya se demostró que los ciudadanos de estratos bajos pueden administrar su dinero en un medio digital como el teléfono móvil.
 
Estamos convencidos que la integración de las dimensiones social, económica y ambiental es la clave para alcanzar el desarrollo y la sostenibilidad. Un caso que nos permite dimensionar esta integración y su importancia, es el concepto de ciudades sostenibles.
 
Para Colombia, que hospedó el VII Foro Urbano Mundial, reconocer la relevancia de las políticas públicas para las ciudades que permitan enfrentar los retos en materia de salud, equidad, educación, seguridad, desarrollo cultural y étnico, protección del medio ambiente, entre otros, es un tema determinante para la lucha contra la desigualdad social y económica.
 
Hace unos lustros los pensadores del desarrollo reiteraban que era necesario crecer para distribuir el ingreso y derrotar la pobreza. Hoy nuestro horizonte es diferente .Debemos distribuir y repartir más para crecer más. La lucha contra la pobreza es un imperativo del desarrollo. Pero no es suficiente. Es indispensable también la paz y la seguridad. La convivencia pacífica y las buenas instituciones son condiciones  indispensables para el desarrollo.
 
El Presidente Santos en su indeclinable compromiso de alcanzar para Colombia una paz estable y duradera, tomó la decisión de iniciar los diálogos con las FARC y en estos 18 meses se han logrado avances que esperamos culminen en un acuerdo de paz, que con seguridad Colombia logrará así su pleno desarrollo económico y social.
 
Señor Presidente, en mi país llevamos más de 53 años buscando la paz, como lo hiciera Florentino Ariza sin desfallecer en la búsqueda del amor de Fermina Daza, en el sueño mágico que describiera nuestro genio  García Márquez. Creemos que vamos a alcanzarla “es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites”…Bien tenemos derecho a tener una segunda oportunidad luego de 100 años de soledad. Y en este noble propósito agradecemos al apoyo de la comunidad internacional,  en especial de la OEA a través de su secretario general Insulza, de la misión de acompañamiento al proceso de paz, así como la de todos sus países al esfuerzo del Presidente Santos. Colombia y nuestros hijos tienen derecho a la paz que nosotros no hemos disfrutado un solo día de nuestra existencia.
 
Colombia cree y respalda el sistema interamericano de derechos humanos, y por ello respalda de manera decidida su fortalecimiento, el cual debe traducirse en un equilibrio razonable entre su independencia, las legítimas preocupaciones de los Estados y la necesaria participación de la sociedad civil.
 
La organización con carácter visionario se ha empeñado en una serie de reflexiones para su modernización, valoramos y apoyamos ese esfuerzo liderado por México y la secretaria general.
 
La Organización de Estados Americanos, como el foro político por excelencia en el hemisferio, deberá sumarse al debate mundial frente al desarrollo sostenible, con particular interés en promover el diálogo y análisis frente a las necesidades de inclusión económica y social de nuestros pueblos.
 
Con la participación de la sociedad civil y el sector privado, se alcanzará una efectiva y mayor cohesión social, así como economías prósperas y productivas en las que se logré una distribución más equitativa de la riqueza.
 
Bajo el enfoque de desarrollo integral de la OEA, es imperativo ahondar esfuerzos para lograr el tan anhelado bienestar tanto en el hemisferio como en lo global. Un bienestar basado en  las personas  - garantizando la inclusión económica y social, así como en el planeta – asegurando procesos y sistemas de los cuales depende la vida misma. Esta visión requiere centrar la atención en la equidad como derrotero para un mundo con más de 9 mil millones de personas para el 2050.
 
Finalmente quiero destacar que mi país ha presentado tres proyectos de resolución que esperamos sean apoyados por las delegaciones presentes, uno muy importante sobre el proceso de paz que adelanta el Gobierno del Presidente Santos, y que esperamos que concluya pronto para el bien de todo el país, así como de la región.
 
Otro sobre el reconocimiento internacional a los afro descendientes como un justo llamado a una participación plena, libre e igualitaria de las y los afro descendientes en todos los aspectos de la vida política, económica, social y cultural de los países de las Américas.
 
Y un tercero sobre el fortalecimiento de la gestión pública efectiva en la región, deseo agradecer a ustedes el apoyo que puedan brindar a estas propuestas de gran importancia para mi país y convencida también para la región.
 
Seguiremos trabajando por tener una organización más fuerte que responda a todo el continente.