Declaración inicial del Canciller Holmes Trujillo en la rueda de prensa con el enviado especial de la ONU para la atención de la crisis migratoria proveniente de Venezuela, Eduardo Stein

 

Acabo de terminar una conversación muy productiva con Eduardo Stein, Representante Especial Conjunto de Acnur y la OIM para los refugiados y migrantes venezolanos en la región, de la cual puedo decir que continúa la preocupación que expresé en nombre del Gobierno colombiano el 22 de mayo pasado, en este mismo escenario, por el rápido crecimiento de la migración venezolana y la poca movilización de recursos de la comunidad internacional para la atención de esta población.

Ese 22 de mayo di a conocer que de los USD 315 millones previstos para Colombia en el llamamiento de la ONU para la atención de esta crisis, nuestro país había recibido apenas un 20,9 %, es decir, USD 66,03 millones de dólares.

A corte del 14 de agosto, los recursos recibidos por Colombia como parte del llamamiento de la ONU para 2019 se han incrementado a USD 96 millones, es decir, el 30,4 % de los recursos proyectados. Esto significa que en casi 3 meses recibimos 9,5 % más recursos para la atención de esta crisis.

Lo anterior demuestra la voluntad de la comunidad internacional en apoyar a los países que enfrentamos la crisis migratoria, la cual agradecemos inmensamente. Sin embargo, la movilización de recursos sigue siendo insuficiente si se tiene en cuenta que en estos 3 meses nuestro país ha recibido a más de 111 mil migrantes nuevos, completando ya un total de 1.408.055.

Si dividimos lo recibido hasta el momento por Colombia con el llamamiento de la ONU, que son USD 96 millones, por el número de migrantes venezolanos que hay en nuestro país, significa que por cada migrante se han recibido USD 68,18 este año. Esta cifra dista mucho de otros llamamientos que ha hecho la ONU para la atención de crisis migratoria en el 2018. Aquí algunos ejemplos:

Para la atención de 5.300.000 migrantes en Siria se recibieron USD 2.660.000.000, es decir, USD 501,89 por migrante.

Para la atención de 1.400.000 migrantes en Sudán del Sur se recibieron USD 700.000.000, es decir, USD 500 por migrante.

Y para la atención de 900.000 migrantes en Myanmar se recibieron USD 682.100.000, es decir, USD 757,89 por migrante.

Sé que muchos de ustedes me han escuchado en repetidas ocasiones pedir más apoyo de la cooperación internacional, no solo aquí sino en diversos escenarios. Y aunque resulte reiterativo, Colombia continuará llamando la atención en este sentido por varias razones:

- La migración venezolana está aumentando rápidamente, pues mientras la tiranía de la dictadura de Nicolás Maduro siga en el poder, la situación política, económica y humanitaria en Venezuela no mejorará.
- La proyección del Grupo de Trabajo de la OEA sobre la situación en Venezuela indica que en el 2020 la cifra de venezolanos en la región podría alcanzar los 8,2 millones, lo que significaría que Colombia llegaría al escenario catastrófico de más de 3 millones de migrantes, que planteó el Gobierno Nacional en octubre del año pasado.
- Por compartir una frontera de más de 2.200 kilómetros con Venezuela, Colombia es el país de la región que más se ve afectado por la crisis migratoria.
- La atención a la población migrante desbordó desde hace ya varios meses las capacidades del Estado colombiano. Tan solo unos ejemplos:
 Entre marzo de 2017 y junio de 2019 se han reportado en el sistema nacional de salud 3.269.194 atenciones realizadas a 389.358 migrantes venezolanos. El 25,5% de estas atenciones se han prestado a 130.839 niños, niñas y adolescentes.
 A junio de 2019, 181.421 niños venezolanos están registrados en el Sistema Integrado de Matrícula.
- La atención a la población migrante, en su mayor parte, es un esfuerzo de los gobiernos locales, el Gobierno Nacional y las diferentes instituciones y entidades del Estado.

Los recursos hasta ahora recibidos de la cooperación internacional para la atención de la población migrante se canalizan a través del Grupo Interagencial sobre Flujos Migratorios Mixtos, que opera bajo el liderazgo conjunto de la Oficina del Coordinador Residente, la OIM y Acnur, y el cual coordina las acciones de 13 agencias de la ONU, 4 movimientos de la Cruz Roja y 38 ONG.

Este año, esos recursos han permitido 1.600.000 atenciones y servicios para 317.000 beneficiarios en 23 departamentos y 104 municipios, en áreas como alimentación, asistencia médica básica, vacunación, atención prenatal, agua potable, alojamiento de emergencia, asistencia legal, entre otras.

Tenemos 1.408.055 migrantes y la cifra continuará creciendo, al igual que el desafío que esto representa para nuestro país. La solución a la crisis migratoria no es el cierre de las fronteras, es el cambio en Venezuela, es que la dictadura se termine finalmente para que los hermanos venezolanos recuperen la democracia y la libertad.

Insistimos en la urgencia de la salida de Maduro y la solución a esta crisis porque no solo el impacto de la migración está afectando a Colombia. El régimen de Venezuela alberga y auspicia organizaciones terroristas, le sirve de refugio a estos delincuentes que desde ese territorio planean acciones criminales que luego ejecutan en Colombia.

Recientemente el exembajador de Estados Unidos en Colombia y en Venezuela, y asesor principal del Programa de Las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, William Brownfield, aseguró que su país tiene pruebas de la presencia permanente del ELN y de grupos residuales de las FARC en Venezuela, para formar parte del aparato de protección y de seguridad de Maduro, junto a militares de naciones como Irán y Siria, lo cual no solo representa un problema para la seguridad nacional de nuestro país, sino del hemisferio.

Por eso el Gobierno del Presidente Iván Duque no desfallecerá en la denuncia de la tiranía, de sus violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional, ni en el avance del cerco diplomático que deje cada día más sola a la dictadura a través de sanciones y decisiones políticas, así como del apoyo a la legítima Asamblea Nacional de Venezuela y al presidente interino Juan Guaidó.

Entre tanto, Colombia no abandonará a la población migrante y la seguirá acogiendo con criterio humanitario, sentido de solidaridad y gratitud histórica, al tiempo que perseverará en el llamado urgente, apremiante y decidido para que la cooperación internacional responda de igual forma en la movilización de los recursos para su atención.