Convenio sobre Diversidad Biológica (CBD)

 

Colombia se hizo Parte del Convenio de Diversidad Biológica (CDB), mediante la Ley 165 de 1994. El Convenio entró en vigor para el país el 26 de febrero de 1995 y cuenta con tres objetivos: 1) La conservación de la biodiversidad, 2) El uso sostenible de la biodiversidad, y 3) La participación justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de la biodiversidad.


Para la implementación del CDB se estableció el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011 – 2020 y sus Metas de Aichi. Este plan de acción ha sido el lineamiento global para la diversidad biológica bajo el sistema de las Naciones Unidas. Sin embargo, los resultados de su implementación han sido insuficientes para detener la pérdida de la biodiversidad a nivel global.


Según los resultados de la Evaluación Global sobre el Estado de la Biodiversidad de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES), presentada en abril de 2019, el 75% de la superficie terrestre ha sido alterada significativamente, el 66% del área oceánica está experimentando impactos acumulativos crecientes y se ha perdido más del 85% de los humedales. Un promedio del 25% de las especies conocidas de animales y plantas están amenazadas, lo que significa que alrededor de 1 millón de especies están actualmente en peligro de extinción. En este contexto, la 14ª Conferencia de las Partes (COP) del Convenio que tuvo lugar en Egipto en noviembre de 2018 adoptó la Decisión 14/34, mediante la cual se dio inicio a un proceso de negociación para la construcción de un marco global para la biodiversidad posterior a 2020. El proceso, liderado por los Estados, contempla la interlocución activa con la sociedad civil, el sector privado, los sectores productivos, los pueblos indígenas y las comunidades locales, la academia y demás actores relevantes para la implementación del marco global.


Adicionalmente, la Decisión estableció la conformación de un Grupo de Composición Abierta que deberá sesionar en tres ocasiones (agosto de 2019, febrero de 2020 y julio de 2020) para avanzar en la negociación de este marco. Los avances del proceso, las próximas reuniones, los documentos de posición que han sido presentados por los Estados y por los actores relevantes para contribuir al proceso, entre otros, pueden ser consultados aquí.


Colombia, que ostentará la Presidencia del grupo de los países megadiversos a partir de 2021, ha determinado desempeñar un rol de liderazgo en este proceso de negociación, reivindicando el conocimiento y la evidencia científica para la toma de decisiones con el propósito de alcanzar un marco global ambicioso, efectivo y realizable. En julio de 2019, el país acogió el Llamado a la Acción de Trondheim para afrontar la crisis de extinción global y durante la Cumbre del Clima, organizada al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2019, se sumó a la iniciativa para alcanzar la protección del 30% de las áreas terrestres y marinas para el año 2030 mediante distintas medidas de conservación, reafirmando así su compromiso con las soluciones basadas con la naturaleza como enfoque costo-efectivo para conservar la biodiversidad y avanzar en la adaptación y mitigación del cambio climático, así como a la gestión integral del riesgo asociado a este fenómeno.


Asimismo, con el fin de impulsar el proceso, el Gobierno Nacional será la sede de la Pre-COP de biodiversidad, la cual se llevará a cabo en la ciudad de Cali del 27 al 31 de julio de 2020. Esta reunión será la última sesión de negociación del marco global, en la cual Colombia pretenderá impulsar el compromiso político para atender los motores de pérdida de biodiversidad directos e indirectos mediante el impulso de cambios transformacionales y patrones de consumo y producción sostenibles. 


Colombia también es Parte del Protocolo de Cartagena sobre Seguridad en la Biotecnología, más conocido como el Protocolo de Cartagena. El objetivo de este protocolo es contribuir a garantizar un nivel adecuado de protección en la esfera de la transferencia, manipulación y utilización seguras de los organismos vivos modificados resultantes de la biotecnología moderna que puedan tener efectos adversos para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica y la salud humana, centrándose en los movimientos transfronterizos.
Adicionalmente, en marzo de 2019 Colombia culminó su proceso de ratificación del Protocolo de Nagoya – Kuala Lumpur sobre responsabilidad y compensación suplementaria al Protocolo de Cartagena, a través de la Ley 1926 del 24 de julio de 2018.

 

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