Los países acordaron la creación de un grupo de trabajo multisectorial que coordine esfuerzos e identifique las amenazas más importantes sobre el crimen organizado en la región.

”La reducción de daños debe ser un enfoque clave en la política de drogas con respecto al consumo": uno de los mensajes de Colombia en esta reunión.

Santiago (Chile), abril 18 de 2024. Con miras a impulsar el intercambio de información y la cooperación en materia de crimen organizado, Colombia participó este jueves en la Primera Reunión de Ministros y Altas Autoridades de Seguridad Pública y Crimen Organizado del Consenso de Brasilia. En este encuentro, los países coincidieron en un llamamiento inequívoco: la seguridad es un derecho de los pueblos y constituye el fundamento de todas las condiciones que inciden en la calidad de vida. 

En este escenario, que reunió a delegados de los países de América del Sur, representaron a Colombia la viceministra para las Políticas de Defensa y Seguridad, Daniela Gómez Rivas, y el encargado de Negocios a.i. de la embajada en Chile, embajador René Correa. La participación del país fue coordinada a través del viceministerio de Asuntos Multilaterales de la Cancillería. 

Durante el encuentro, los países dialogaron sobre la necesidad imperativa de intercambiar, entre las instituciones competentes, información jurídica, financiera y administrativa que permita desarticular organizaciones criminales que operen en la región.

Colombia, por su parte, acogiéndose al principio de responsabilidad compartida que se promueve desde la política exterior del presidente Gustavo Petro, llamó a fortalecer los mecanismos de cooperación inmediata para las operaciones espejo en frontera, especialmente a propósito de la complejidad geográfica de estas zonas donde crece sustancialmente el tráfico de migrantes y de armas. 

En relación con el tráfico de drogas ilícitas, Colombia destacó la política implementada por el Gobierno actual en respuesta a este desafío, reconociendo el fracaso de enfoques tradicionales que han resultado en un cambio significativo en la geografía de la producción de drogas, particularmente de cocaína, un aumento en los cultivos y en el potencial de producción sostenida, así como una pérdida de control territorial al priorizar los eslabones más vulnerables de la cadena: los cultivadores de coca.

Colombia, en ese sentido, resaltó que ha adoptado una estrategia centrada en ofrecer alternativas al eslabón más débil de la cadena, promoviendo la transición hacia actividades económicas lícitas, mientras se enfrenta más activamente los eslabones superiores, especialmente la persecución penal del lavado de activos. En cuanto al consumo, Colombia habló del enfoque en la reducción de daños; un concepto que, a propósito, se logró incorporar en el Consenso de Viena.

“El combate al crimen organizado transnacional será una de las prioridades de nuestro país durante la presidencia pro tempore del Consenso de Brasilia que ostentaremos con todo el compromiso a partir del 1 de julio de 2024”, señaló Colombia al cierre de sus intervenciones. 

Finalmente, con el propósito de garantizar la puesta en marcha de acciones concretas contra el crimen organizado en la región, los países acordaron la creación de un grupo de trabajo multisectorial que coordine esfuerzos e identifique las amenazas más importantes que enfrentan los países sobre ese flagelo. Este grupo, además, tendría indicadores y mecanismos de evaluación. 

Con este encuentro, los países sudamericanos reafirman su compromiso en trabajar unidos por la seguridad y la prosperidad de la región.