Discurso de la Canciller María Ángela Holguín durante la 29 Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA sobre la situación en Venezuela

 

Washington, Mayo 31 de 2017

Señor Presidente,
señores Cancilleres,
señor Secretario General

Consideramos de la mayor relevancia esta convocatoria sobre un tema tan importante para la región como lo es la situación por la cual atraviesa la hermana República de Venezuela y esperamos que esta discusión ayude a encontrar los caminos para la estabilización del país y el alivio y bienestar de su población.

Colombia tiene como una única motivación en relación con Venezuela, el bienestar del pueblo venezolano y su derecho a vivir en una democracia, con todo lo que ella implica. Ese es nuestro principal interés como país vecino y latinoamericano.

Participamos en esta sesión de la OEA porque consideramos que es un foro que debe tratar los asuntos que aquejan a nuestros países y a nuestra región, respetando los principios consignados en la Carta constitutiva. Así como en el pasado permitimos que se discutieran temas relacionados con Colombia y su problemática derivada del conflicto, creemos conveniente que se hable de la compleja situación por la que atraviesa Venezuela en este momento.

Los países del continente opinaron sobre la situación de Colombia a lo largo de los años del conflicto y los colombianos lo tomamos como una genuina preocupación por el país.

La crisis es estructural, la gran polarización e incapacidad para resolver las diferencias por las vías pacíficas hace cada vez más urgente una solución. Esta solución exige un gran consenso nacional que permita trabajar en la reconstrucción democrática que requiere la sociedad venezolana y es una solución de los venezolanos, por los venezolanos y será entre ellos que encuentren ese camino.

Se trata de llegar a un gran acuerdo nacional que permita sentar nuevamente las bases para la convivencia pacífica, el libre desarrollo de las instituciones dentro del Estado de derecho, la protección de los derechos humanos, el respeto por la alternancia electoral, las elecciones libres, fundamentos de la estabilidad de nuestros países.

Estabilidad política que podrá reflejarse en la estabilidad económica en la medida en que, con un gran acuerdo, se logren corregir los desequilibrios macroeconómicos y así volver a crear prosperidad en una de las naciones más ricas del mundo en cuanto a recursos naturales se trata.

Desde hace años, el Gobierno de Colombia ha buscado de manera constructiva y prudente contribuir para que los venezolanos resuelvan sus diferencias y lleguen a acuerdos que le permitan dar solución sostenible a la crisis de gobernabilidad actual. Creemos que debemos perseverar en la búsqueda de un acuerdo nacional que les permita a todos disminuir los altos grados de polarización e intolerancia y poner como primer interés el bienestar social, económico y político del pueblo venezolano.

La población venezolana es la principal afectada con la confrontación actual. Tiene dificultades para suplir sus necesidades básicas, fundamentales para tener una vida digna. Pensando en esta población es que creemos que las diferentes fuerzas deben conciliar, llegar a entendimientos y tomar medidas que prioricen la cohesión social y la convivencia pacífica, respetando los derechos fundamentales de todas las democracias.

Para lograr la cohesión social consideramos que el proceso de convocatoria de la Asamblea Constituyente en este momento es negativo para el país. La Constituyente debe obedecer a una decisión legítima del pueblo venezolano a través de una consulta popular como lo estipula la Constitución venezolana.

La Constitución Bolivariana de 1999 prevé mecanismos que le permiten a Venezuela recobrar su estabilidad. En ella se contempla el camino para la convivencia y la tolerancia, el respeto por el Estado de derecho, la separación de poderes y las instituciones democráticas. Esto es lo que se requiere para tener una sociedad más incluyente y próspera.

Hemos oído voces en el mismo Tribunal Supremo y de la Fiscal General que consideran inconveniente esta convocatoria. Que no soluciona el conflicto político actual. El camino es sin duda que la Asamblea Nacional recobre sus funciones y responsabilidades, que lleven a cabo prontamente las elecciones regionales y locales y así pueda constatarse una verdadera separación de poderes, esencia de la democracia.

Es necesario y nuevamente hacemos un llamado al Gobierno Venezolano a evitar la represión contra la población civil que se manifiesta en las calles, a preservar la vida de los manifestantes y a liberar los presos políticos. Reiteramos, igualmente, el llamado a no armar a la población civil. La entrega de armas no conduce sino a una confrontación violenta que Venezuela no se merece.

Así mismo, quiero reafirmar la disposición de mi gobierno de colaborar con la ayuda de alimentos y medicamentos que el pueblo venezolano requiera o como el gobierno venezolano estime conveniente. Sabemos la difícil situación por la que atraviesa la población venezolana y Colombia quiere, de la mejor voluntad, seguir ayudando.

Seguimos empeñados en ser constructivos para ayudar a la nación venezolana a encontrar el camino de la negociación y alcanzar acuerdos fundamentales que permitan una gobernabilidad democrática.

En este contexto, consideramos que un grupo de países amigos que genere confianza a las dos partes, es un paso positivo y puede dar un alivio a la tensa situación, abriendo así posibilidades de interlocución.

Creemos que se deben vincular también instituciones que dan tranquilidad y certeza a la población como el Vaticano, el cual esperamos que continúe en el esfuerzo que ha realizado y a las Naciones Unidas con un representante del Secretario General que por su experiencia en el manejo de crisis y situaciones complejas pueda contribuir con legitimidad y objetividad en la búsqueda de soluciones de largo plazo para Venezuela.

Hacemos un llamado al Gobierno y a la oposición, de manera urgente, para que dejen de lado las consideraciones políticas y busquen de manera generosa un gran acuerdo nacional que siente las bases para una convivencia pacífica de largo plazo.

Decenas de venezolanos han muerto, miles sobreviven con necesidades apremiantes y hay tantos privados de la libertad por esta conflictividad política. Los venezolanos merecen una vida distinta y por eso se requiere de un esfuerzo y una disposición mayor para conciliar posiciones y encontrar el camino que restablezca el Estado de derecho para así terminar la actual conflictividad en Venezuela.

Muchas gracias.

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