Intervención de la Ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, en el segmento ministerial del Foro de Alto Nivel del ECOSOC

Naciones Unidas,  8 de julio de 2014.

“Agradezco la oportunidad que nos dan para aportar en este importante panel que aborda la reducción de la pobreza de manera irreversible y reducir la inequidad.

Colombia lo ha mencionado en ocasiones anteriores, debemos lograr respuestas integrales a nuestro trabajo en las dimensiones económicas, sociales y ambientales. Para ello, hemos identificado tres desafíos claves para el desarrollo: la erradicación de la pobreza, la reducción de la desigualdad y el logro de patrones de consumo y producción sostenibles. Es de crucial importancia para el futuro del planeta asumir y abordar adecuadamente estos tres desafíos.

Hoy, el objetivo global de reducción de la pobreza concebido durante la cumbre del Milenio, se entiende como la obligación moral de nuestra generación y se han logrando avances importantes. Sin embargo, persisten las disparidades al interior entre los países y entre las regiones. Sabemos, además, que el ingreso solo presenta una imagen parcial y simplificada de la pobreza, por lo cual es preciso reconocer su naturaleza compleja y multidimensional.

En Colombia, un instrumento útil para la toma de decisiones de política pública de la reducción de la pobreza es el índice de pobreza multidimensional. Este indicador utiliza al hogar como unidad de análisis y permite tomar decisiones fundamentadas en aspectos diferentes a los ingresos monetarios, integrando variables relacionadas con educación, salud, vivienda, trabajo, entre otros.

Estos esfuerzos por erradicar la pobreza y reducir la desigualdad, deben ser apoyados por un entorno internacional propicio. Esto implica la consolidación de un sistema económico y financiero con reglas justas y favorables al desarrollo y el fortalecimiento de la participación de los países en desarrollo en la toma de decisiones de dichas instituciones.

Por lo anterior, resulta fundamental que la Agenda de Desarrollo Post-2015 catalice cambios estructurales profundos, con objetivos ambiciosos, concretos y realistas. Su desafío no es únicamente la erradicación de la pobreza extrema mediante una agenda de mínimos sino que es imperativo asegurar que los logros alcanzados sean irreversibles.

La pobreza y la creciente desigualdad son problemas que afectan a todos los países del mundo, independientemente de su nivel de desarrollo. Por ello, todos los países deben actuar decididamente de acuerdo con sus respectivas capacidades, así como fortalecer los mecanismos de cooperación para apoyar los esfuerzos de los países en situaciones especiales.

Tal y como lo concluimos en el Panel de Alto Nivel para la Agenda de Desarrollo Post-2015, donde tuve la oportunidad de participar, es necesario dar respuestas que permitan transformar las economías de manera que se sienten bases para crear empleo y crecimiento inclusivo, dar un salto cualitativo en términos de oportunidades económicas para lograr una profunda transformación de nuestras sociedades que ponga fin a la pobreza extrema.

Lograr avances irreversibles en materia de pobreza y desigualdad, igualmente implica el uso de estrategias donde confluyan las acciones coordinadas de múltiples actores como gobiernos nacionales y locales, instituciones y agencias internacionales, empresas, fundaciones y organizaciones de la sociedad civil.

Aunque las acciones a seguir son múltiples, quiero mencionar  las siguientes:

1. Promover el acceso a la educación de calidad en todos los niveles: una población más educada desarrolla mejores habilidades técnicas, profundiza la investigación e impulsa la innovación.

La sostenibilidad de los logros alcanzados en reducción de la pobreza se fundamenta en una educación que se enfoque en proveer a todos los segmentos de la población las herramientas y conocimiento para vidas productivas.

2. Fortalecer la innovación tecnológica, especialmente aquella con vocación de eficiencia y sostenibilidad, con capacidad de estimular la creación de empleos de calidad.

3. Incorporar patrones de producción y consumo sostenibles: el uso de bienes y servicios satisface las necesidades básicas y mejora la calidad de vida.  Ampliar su disponibilidad y acceso para todos es una condición necesaria para erradicar la pobreza y aumentar el bienestar humano.

El tránsito hacia patrones de consumo y producción sostenibles implica la gestión racional y el uso eficiente de los recursos en todas las etapas de producción.

4. Avanzar en la formalización del empleo haría que grandes sectores de la población se incorporarán en actividades con niveles de capital y productividad, capaces de generar mejores ingresos y calidad de vida.

5. El sector privado cumple una función esencial en la promoción de la innovación, la creación de riqueza, ingresos y empleos de calidad y en la movilización de recursos nacionales, contribuyendo así a la reducción de la pobreza.

En Colombia, hemos creado un mecanismo de información y articulación de oferta y demanda pública y privada en temas sociales, denominado: Mapa Social. Esta herramienta facilita el establecimiento de alianzas para apoyar el diseño y evaluación de proyectos sociales y ofrecer servicios que incentivan proyectos sostenibles de alto impacto.

En síntesis, la Agenda Post 2015 está llamada a trazar derroteros para erradicar de manera irreversible la pobreza y disminuir la desigualdad, a partir de acuerdos donde todos los actores aporten, con criterios de sostenibilidad para alcanzar el máximo bienestar para las generaciones presentes y futuras.

La erradicación de la pobreza no es solo un compromiso de los Gobiernos, es un compromiso de toda la sociedad.

Hoy los invito a fortalecer el Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible para que cumpla con esta trascendental  responsabilidad a su cargo y que avance en la construcción del futuro que todos queremos: un futuro sostenible, con equidad, en paz y con progreso para todos.

Muchas gracias”.