Intervención de la Ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín Cuéllar, en el Dialogo de Altas Autoridades Trigésimo Quinto Periodo de Sesiones de la CEPAL

9 de mayo de 2014
Lima, Perú

“Muchas gracias Canciller.

Un saludo muy especial a usted, a mis colegas, a la doctora Alicia Bárcenas. Y un agradecimiento al Perú por como siempre su hospitalidad, y a Alicia nuevamente un éxito en todas estas reuniones que CEPAL organiza en la región y que para todos son una fuente de inspiración.

Actualmente vivimos un momento único e irrepetible. Es el momento en el cual nuestros países tienen la posibilidad de incidir en una nueva Agenda de Desarrollo que responda a los principales retos de nuestra región y del mundo, y que se logre de manera definitiva la erradicación irreversible de la pobreza, así como la generación de condiciones para garantizar el bienestar de la nueva clase media global emergente.

Este anhelado bienestar sólo será posible si la agenda se centra tanto en las personas, garantizando la inclusión económica y social, como en el planeta, asegurando  procesos y sistemas de los cuales depende la vida misma. Esta visión se fundamenta en la equidad como derrotero para un mundo con más de 9 mil millones de personas al año 2050. Solamente el desarrollo sostenible logrará  equidad al interior de los países, incluyendo el ámbito urbano y rural; entre países y entre generaciones.

La inclusión social proporciona no sólo una herramienta para la reducción de las altas brechas de inequidad. Permite también, que los individuos aumenten su productividad y la generación de valor agregado en la sociedad; siendo así un dinamizador de la prosperidad económica y social en los países, a la vez que contribuye a reducir los índices de pobreza.

Como afirmó el Panel de Alto Nivel, nadie debe quedarse atrás. En Río+20 y en el Panel de Alto Nivel, Colombia propuso una visión del desarrollo como lo es en la práctica: un continuum, un mundo en desarrollo que enfrenta retos globales, en el cual todos los países tienen responsabilidades y tienen que actuar, en el marco de sus respectivas capacidades. El Panel de Alto Nivel reconoció esto e identificó cinco cambios transformativos como base para una agenda única y universal.

Fui parte del Panel y quiero darle un saludo aquí a  Gizela Alonzo que fue compañera mía, Ministra de Cuba. Estamos convencidos de que ese gran esfuerzo que fue el Panel pueda ser un elemento útil para estas discusiones que se están llevando a cabo. Y a los que no se han leído las conclusiones, se las recomiendo, porque creo que son parte fundamental de cómo podemos avanzar en este proceso intergubernamental de llegar a esa agenda post 2015.

El cambio de paradigma se fundamenta no simplemente en el llamado a una agenda centrada en el desarrollo sostenible, sino a la convicción de que su implementación requerirá de acciones y compromisos departe de todos.

Dentro de esta visión universal, el Panel identificó 12 objetivos ilustrativos y 54 metas. Son objetivos que abarcan desde acciones e inversiones a nivel nacional, hasta compromisos internacionales y bienes públicos globales. Es un reconocimiento claro de la gran oportunidad que tenemos de cambiar nuestros modelos y también, es un testamento de la responsabilidad compartida que tenemos de actuar.

Está por determinar, cuáles serán los objetivos y las metas que se acordarán en Nueva York. Justo esta semana se reunió el Grupo de Trabajo Abierto sobre Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El llamado que Colombia hace es que recordemos que los ODS serán exitosos únicamente si son una herramienta útil para gobiernos nacionales y locales, para empresarios, para comunidades. Deben ser pocos, medibles y concisos. Y deben reflejar el compromiso con un enfoque de integración que acordamos en Río.

Hoy sabemos que el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza y en general la inclusión social, son imperativos globales que no son independientes sino que deben perseguirse simultáneamente bajo un enfoque multidimensional. Gracias a esta aproximación, nuestro país ha logrado importantes avances en la reducción de la pobreza en los últimos años.

En este sentido, hemos trabajado en ampliar nuestra visión de la pobreza para comprenderla desde un enfoque multidimensional. Esto nos permitió desarrollar un Indicador Multidimensional de Pobreza (IMP) para Colombia. Este refleja la aproximación integral al desarrollo que los Objetivos de Desarrollo Sostenible  también buscan.

Entre 2010 y 2013 en Colombia se redujo la pobreza en 6,6 puntos porcentuales, lo que significa que 2,4 millones de personas salieron de la pobreza. También hemos trabajado en la reducción de la pobreza extrema, la cual entre 2010 y 2013 se redujo en 3,2 puntos porcentuales, llevando a que 1,5 millones de personas superaran la pobreza extrema.

Sabemos que la superación de la pobreza está estrechamente relacionada con la generación de empleos. Por esta razón, entre 2011 y 2013 se crearon más de 2,3 millones de empleos, política que ha estado acompañada de mayores ingresos laborales permitiendo la formalización del trabajo decente. Como la CEPAL lo ha destacado, la informalidad en la economía de la región tiene, en promedio, el índice más alto a nivel internacional con un 41,1% del PIB regional.

Los efectos de la economía informal repercuten directamente en el crecimiento económico ya que disminuye los ingresos fiscales, genera subempleo informal, obstaculiza el incremento de la productividad y la competitividad frente al comercio internacional. Situación que en la que pierde la gente, pierden los Estados y pierde la región.

La promoción del acceso igualitario de las mujeres al pleno empleo y el trabajo decente también es una de las prioridades del país. La inserción de las mujeres como fuerza laboral es un eje de crecimiento económico y de reducción de la pobreza.

Inclusión social es tanto un proceso como un resultado mediante el cual se mejoran los términos de participación de grupos e individuos en la sociedad. La nueva agenda de desarrollo debe buscar cambios estructurales, profundos y duraderos. No se trata simplemente de eliminar la pobreza y el hambre sino de asegurar que los logros que alcancemos sean el fundamento de un bienestar irreversible.

Los procesos que desafortunadamente son reversibles generan una gran frustración en la población. Así mismo exige que incorporemos los “motores” económicos, ambientales, sociales y de comportamiento. Es imperativo buscar una coherencia a nivel internacional frente a sistemas y procesos globales que limitan o definen las posibilidades de los países de implementar  políticas de desarrollo. Por ello, la nueva agenda debe abordar elementos tales como el sistema financiero internacional, el comercio internacional, procesos migratorios y, por supuesto,  el cambio climático.

En cuanto a la dimensión ambiental del desarrollo, la CEPAL reitera la importancia de los patrones de consumo para la sostenibilidad ambiental y para superar la degradación de la calidad del agua, suelo y aire, y detener los procesos de desertificación y pérdida de biodiversidad.

Nuestra región cuenta con grandes riquezas de capital natural, en materia de biodiversidad, riqueza forestal, recursos hídricos, entre otros. Este capital garantiza la seguridad alimentaria, la salud y los medios de subsistencia de nuestras sociedades.

Los recursos naturales son un elemento estratégico para alcanzar mayores niveles de desarrollo económico en la región, y lo debemos aprovechar.  La pérdida y degradación de la biodiversidad amenazan nuestros esfuerzos para lograr una erradicación sostenida de la pobreza. Si conjuntamente no cuidamos estas riquezas y privilegiamos el desarrollo inmediatista, las perderemos.

Debemos reconocer que no todos nuestros recursos son tan "renovables" como parecen. De hecho, evidencias brindadas a través de modelos globales climáticos demuestran que existe un riesgo considerable de que la Cuenca del Amazonas se convierta en sabana.

El Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), que reúne a científicos y expertos de todos los países, y es la máxima autoridad en esta materia, plantea la necesidad de unir esfuerzos para construir resiliencia en nuestra región. Un modelo de desarrollo sostenible permite aumentar la resiliencia de los ecosistemas a los efectos adversos de cambio climático, reduciendo así la alta vulnerabilidad de nuestra región a los desastres naturales que afectan negativamente un desarrollo adecuado y sostenible.

A nivel global, el principal reto es el cambio climático. Para hacer frente a este reto Colombia ha avanzado en la creación del Sistema Nacional de Cambio Climático (SISCLIMA), así como en la formulación de estrategias nacionales como la Estrategia de Desarrollo Bajo en Carbono y el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático. Estos esfuerzos permiten avanzar hacia sendas de desarrollo bajas en carbono y resilientes a los efectos adversos del cambio climático.

Es evidente que en la región ha aumentado significativamente el número de iniciativas y de actores que ponen en práctica la cooperación sur –sur. Colombia ha duplicado el número de países con los cuales mantiene relaciones en esta modalidad, promoviendo alianzas horizontales, orientadas desde la demanda y respondiendo a las particularidades de los contextos locales. Esta modalidad es uno de los medios para erradicar la pobreza, alcanzar la igualdad y el desarrollo sostenible, cumpliendo un rol esencial en la agenda de desarrollo post 2015.

En este sentido, es necesario destacar el papel de la CEPAL como fiel aliado para apoyar a la región a generar debates de gran contenido técnico, así como espacios políticos para profundizar el diálogo en pro del entendimiento de esta nueva Agenda.

La CEPAL nos aterriza en lo fundamental, y es que tenemos que ser pragmáticos.

Es así como en mayo de 2013, tuvimos el honor de hospedar en Bogotá la Conferencia Regional sobre el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe, reunión que permitió elevar nuestra voz como región sobre la Agenda de Desarrollo.

Muestra del fundamental aporte de la CEPAL a este proceso, es el documento “Pactos para la Igualdad: Hacia un futuro sostenible”, el cual analiza el principal reto que enfrenta la región para lograr una dinámica sostenible del desarrollo, a través de un mayor grado de igualdad en términos de medios, capacidades, oportunidades; pero también en términos de individuos, de poblacionales y medio ambiente.

Este aporte técnico y científico de la CEPAL es de gran importancia para entender las necesidades de la región en materia de desarrollo, lo cual constituye una enorme contribución para el proceso de construcción y posterior implementación de la Agenda de Desarrollo Post-2015.

Los desafíos por delante son grandes, por lo tanto es necesario integrar a las discusiones asuntos emergentes del desarrollo de relevancia global; como las nuevas tecnologías, la infraestructura, la inclusión financiera, las ciudades sostenibles y la importancia del papel de los gobiernos locales y las alianzas público privadas, entre otros.

Esto nos lleva a concluir que el 2015 no es un punto de llegada, sino un nuevo punto de partida para lograr una mayor y mejor inclusión social, así como avanzar hacia el futuro que queremos.

Muchas gracias”.