Discurso de la Canciller Holguín durante la instalación del 52° Periodo Extraordinario de Sesiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos

 
Cartagena (abr. 20/15).
 
Señoras y Señores,
 
Me es grato dar la bienvenida a Colombia a los jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la ocasión de celebrar el 52 Periodo Extraordinario de Sesiones, en su cuarta visita al país, a cumplir con la destacable misión que se les ha encomendado, en su condición de órgano de cierre continental en materia de derechos humanos.
 
Llegan Señores Jueces en una semana muy triste para el país y muy difícil para la tan anhelada paz y el proceso de negociación. Colombia está de luto. Las Farc, una vez más acabaron con la vida de 11 militares en un ataque a mansalva, con sevicia y de manera atroz. Perdieron la vida 11 jóvenes colombianos y quedaron heridos 17, el cese al fuego bilateral había generado esperanza y como lo dijo hoy el doctor Humberto de La Calle, desde La Habana (Cuba), fracturaron esa esperanza.
 
Todos los colombianos estamos indignados y en cierta medida pesimistas, ya que a este país le ha tocado una dosis  de violencia muy difícil de superar; miles de padres han tenido que enterrar a sus hijos,  y miles de niños han quedado huérfanos por culpa de una absurda guerra.
 
Muchos se preguntan hoy cómo seguir creyendo en una negociación si las Farc actúan con ese grado de crueldad; una pregunta que es comprensible, pero no podemos vivir condenados a esta guerra sin sentido y a la barbarie de centenares de muertos. A pesar del dolor, tenemos que perseverar para lograr el fin del conflicto. Ha sido un gran esfuerzo, costoso  para el Gobierno; y hay que llegar al final lo más pronto posible para empezar así a construir la reconciliación y la paz.
 
La reconciliación empieza por tener el coraje y la valentía de reconocer estas gravísimas violaciones a los derechos humanos y pedir perdón.
 
Honorables jueces…. Ustedes que administran justicia en las Américas saben que el arrepentimiento es necesario para sanar  heridas. Nuestro país en el curso de las últimas décadas ha sufrido gravísimos atentados que han causado mucho dolor. Necesitamos superar el resentimiento y los odios para construir una nueva sociedad en paz.
 
La justicia y la paz son valores que van de la mano, se necesitan ambos para la reconciliación; debemos recurrir a una gran reflexión y ponderación para que ninguna prime sobre la otra. Justicia y paz: dos valores compatibles que debemos reconciliar en nuestro país, sin el temor de más crímenes atroces y más familias destruidas. Colombia lo merece. 
 
Señoras y señores, Honorables miembros de la Corte::Es un privilegio poder contar con su presencia, en la histórica ciudad de Cartagena, Patrimonio Histórico de la Humanidad, donde San Pedro Claver cuatro siglos atrás libró muchas batallas, a través de su abnegado trabajo por la defensa de los derechos de los esclavos; en su honor el 9 de septiembre Colombia celebra el “Día Nacional de los Derechos Humanos”. Fue también en esta ciudad en la que hace treinta años se dio un paso trascendental en la protección y garantía de los Derechos de los Refugiados, con la firma de la Declaración de Cartagena de 1984, y donde se Conmemoró el 60 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en un evento que convocó a América Latina y el Caribe.
 
Señoras y Señores,
 
Los Derechos Humanos son para Colombia un compromiso, producto de nuestra profunda convicción, que renovamos permanentemente con actos como el que hoy nos convoca.
 
Sin duda alguna el Sistema Interamericano de Derechos Humanos ha jugado un papel trascendental como catalizador de cambios a nivel de las legislaciones nacionales y de la interpretación sobre el alcance, cada vez más progresivo, de los derechos a nivel continental. Sus pronunciamientos han favorecido profundas reflexiones en el ámbito interno.
 
Estas sesiones y el Seminario que se adelantará sobre los desafíos que implica la Justicia Transicional, con el cual culmina el evento, aportarán elementos importantes al proceso de transformación positiva que viene liderando el señor Presidente de la República con el propósito de superar un conflicto armado, en armonía con los derechos humanos.
 
Los esfuerzos en procura de lograr la mayor cantidad de justicia social en medio del conflicto armado interno, que ha perdurado por varias décadas, son objeto de reconocimiento a nivel nacional e internacional. Somos una democracia floreciente y una institucionalidad, que tiene como guía el respeto y la garantía de los derechos humanos.
 
Colombia vive un proceso de paz con el cual aspiramos poner fin al conflicto. El Gobierno Nacional ha sentado un precedente, como lo ha señalado el señor Presidente de la República: “Colombia es el único país del mundo que se ha embarcado en un esfuerzo de estas proporciones para reparar a las víctimas y restituir las tierras despojadas sin haber terminado el conflicto”. 
 
El Gobierno Nacional con un profundo reconocimiento a las víctimas, al derecho a la verdad, la justicia y la reparaciónde las y los colombianos que han sufrido la violencia, ha reparado a medio millón de víctimas y cerca de 100 mil hectáreas han regresado a sus legítimos dueños, beneficiando a unas 3 mil familias.
 
El reto que hay por delante es muy grande, los grandes desafíos en ésta coyuntura, en los cuales avanzamos con  convicción, son: la Equidad, con una visión de desarrollo humano integral en una sociedad con oportunidades para todos; la Educación, asumiéndola como el más poderoso instrumento de igualdad social y crecimiento económico en el largo plazo; y, la Paz, como reflejo de la voluntad política para construir una paz sostenible bajo un enfoque de goce efectivo de derechos.
 
Señores Jueces, Señoras y Señores
 
Las negociaciones de paz que lidera el señor Presidente de la República, con una voluntad firme de diálogo, son la muestra del compromiso con los derechos humanos y su plena vigencia.      
 
En el mejor momento histórico para alcanzar la paz en Colombia, reitero la bienvenida a los señores jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
 
Muchas Gracias.